Editorial

Reconocer el error es un acierto

La declaración unilateral de la independencia de cualquier territorio en un país democrático sólo puede provocar un choque contra el Estado de Derecho y la fractura civil, como se vio tras los sucesos del otoño de 2017 en Cataluña. Reconocer el error de lo sucedido es el principio para evitar que se vuelva a repetir y, lo que es igualmente importante, para corregir el diagnóstico que les llevó a enfrentarse contra las instituciones democráticas: considerar a España como un régimen autoritario o poco democrático. Así que la tribuna que Oriol Junqueras hizo pública ayer reconociendo los errores de la declaración unilateral de independencia es sin duda un paso en este sentido. O, por lo menos, admitir que el choque frontal contra la legalidad democrática cegará el camino a cualquier salida que suponga un futuro mejor para los catalanes. Pero la solución no es pasar página como si aquellos hechos no hubieran supuesto un retroceso económico, social y político para Cataluña, precisamente por no considerar su diversidad y el respeto a los no nacionalistas. Es positivo el reconocimiento de estos errores –«debemos ser conscientes de que nuestra respuesta tampoco fue entendida como plenamente legítima por una parte de la sociedad, también la catalana»– y no cabe ningún camino a la unilateralidad o a un referéndum de autodeterminación que no es posible en nuestro ordenamiento constitucional. Si «extender la mano a todos aquellos que se hayan podido sentir excluidos», como afirma Junqueras, es admitir el daño y solicitar el perdón, paso moralmente necesario para recibir el indulto, será el Gobierno quien deberá valorarlo, pues es a él a quien compete administrar la medida de gracia.

No se saldría de este bucle si sólo fuese un trámite para abrir la mesa de diálogo con un tema central, el referéndum de autodeterminación, cuando lo que la sociedad catalana y también el conjunto de la española está reclamando es un gesto sincero por parte del independentismo que abra un nuevo periodo constructivo dentro de las normas que marca el orden constitucional. No es anecdótico que Junqueras admita los errores del «procés» en el acto de conmemoración de 250 aniversario del Fomento del Trabajo, la patronal catalana, porque ellos saben cuáles han sido las consecuencias de esta aventura. Sería el momento de dejar la retórica estéril e ir a los hechos.