Estados Unidos

Talibanes aquí y allí

Hoy es una fecha marcada indeleblemente en el calendario mundial desde 2001, tras el gigantesco atentado convertido en virtual declaración de guerra de Al Qaeda contra el icono del capitalismo financiero mundial, las Torres gemelas de NY.

Cual una premonitoria y triste coincidencia, el catalanismo –travestido en secesionismo– conmemora también hoy un acontecimiento que sucedió en 1714 convertido en la «Diada nacional de Cataluña», reivindicando el último acto de la derrota de lo que fue una guerra civil de Sucesión a la Corona de España, transformada en una inexistente Guerra de Secesión, con el héroe y mártir Rafael Casanova, que falleció 32 años después en Sant Boi de Llobregat amnistiado por Felipe V ejerciendo libremente la abogacía en Barcelona.

La similitud de conmemorar fracasos está de actualidad por la reciente desbandada de Kabul ordenada por Biden, dejando Afganistán en manos de los talibanes, a los que iban a eliminar hace 20 años con la ampulosa misión de consecución de una «Libertad duradera», convertida ahora en una lamentable derrota sin paliativos.

A nivel doméstico la cosa es más prosaica, con un secesionismo dividido y enfrentado tras un fracaso también estrepitoso de su Procés, auténtico golpe constitucional que ha dejado como única huella indeleble en Cataluña un grave deterioro en la convivencia cívica propia de una libertad dañada. Fecha para conmemorar como recuerdo de unos hechos que no deben repetirse, y que tienen en común el retroceso de la libertad en Afganistán y en Cataluña, con talibanes al mando aquí y allí.