Ione Belarra

Belarra miente

Las trampas deberían resultar muy obvias pero, desgraciadamente, todavía hay muchos que deciden creerse las mentiras que conscientemente les cuentan los políticos para manipularnos

Hace unos días la ministra de Asuntos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, escribió lo siguiente: «Trajabadores/as: 15% de tipo medio efectivo en IRPF. Pymes: 16% de impuesto de Sociedades. Grandes empresas: 7% de tipo medio en impuesto de Sociedades. En España paga impuestos la gente trabajadora y las pequeñas empresas. Es hora que los ricos paguen lo que les toca». Hoy sabemos que la ministra mintió y que todavía no ha rectificado. Al cabo, a los pocos días de que Belarra publicara en Twitter tan tergiversadas cifras, la Agencia Tributaria dio a conocer su estadística anual de País por País, donde calcula cuántos impuestos pagan 122 grandes multinacionales españolas en todos los países en los que operan. Y el resultado es contundente: en 2018, el tipo efectivo medio que soportaron estas grandes empresas no fue del 7%, como afirmó Belarra, sino del 18,3%. Por encima, pues, de lo que pagaron los trabajadores y las pymes según los propios datos de la secretaría general de Podemos. ¿Pero de dónde surge la mentira? ¿Cómo es posible que se manipularan de un modo tan obsceno los datos? Pues porque, como ya se ha explicado en numerosas ocasiones (aunque por lo visto no las suficientes como para que Belarra lo interiorice), el dato del 7% es el resultado de comparar los impuestos que esas empresas pagan en España con los beneficios que obtienen en todo el mundo. De esta manera, claro, se reduce artificialmente el tipo efectivo que soportan. Por ejemplo, si una empresa gana 30 millones de euros en España y 70 millones en el resto del planeta, y a su vez paga en impuestos 7 millones en España y 14 en el resto del planeta, Belarra nos dirá que esa compañía solo ha pagado un 7% de impuestos, dado que comparará la cifra de 7 millones en impuestos pagados dentro España con la cifra de 100 millones en beneficios mundiales, cuando el cálculo correcto es que el tipo efectivo de esa compañía es del 23,3% en España y del 21% en el conjunto del planeta. Las trampas deberían resultar muy obvias pero, desgraciadamente, todavía hay muchos que deciden creerse las mentiras que conscientemente les cuentan los políticos para manipularnos. Porque el objetivo es justamente ése: crear un clima de opinión favorable al crecimiento del Estado a costa de la sociedad civil y del sector empresarial. Como los ciudadanos se muestran descontentos con las prestaciones que les ofrece actualmente el Estado en relación con los muchos impuestos que soportan, no les queda otra que intentar huir hacia delante: es decir, jurarles a los ciudadanos que, cuando el Estado cuente con mayores ingresos, funcionará mucho mejor, y que no deberán ser los ciudadanos quienes aporten esos mayores ingresos públicos sino los ricos o las grandes empresas. Por supuesto, vuelven a mentir: acabaremos todos pagando mucho más para recibir prestaciones igualmente insatisfactorias.