Sáhara Occidental

Preocupación en el Norte de África

Las relaciones entre Argelia y Marruecos son cada vez más difíciles y están cada día que pasa más enconadas. La situación en el Sahara Occidental y las diferentes posturas que mantienen al respecto los gobiernos de Argel y Rabat están también, y quizá de manera prioritaria, detrás de la tensión actual. La interrupción de gaseoducto que atravesaba Marruecos y que abastecía a España y el reciente incidente militar que ha ocurrido, probablemente en el territorio del Sahara, hacen que la situación y las circunstancias se puedan calificar como preocupantes, tal y como lo ha hecho en nota diplomática el gobierno español. Todo ello revela claramente que el asunto del Sahara, y el control de su territorio, no es una cuestión menor sino que, por el contrario, se trata de una cuestión que debe encontrar una pronta respuesta por parte de la comunidad internacional y en la que estén de acuerdo todas las partes implicadas, aunque esto resulta por ahora prácticamente imposible. La labor de pacificación de los Estados vecinos debe ser fundamental en esta dirección, Desde luego, habría que evitar que se produjera en cualquier caso una escalada verbal y, por supuesto, hay que eludir todo tipo de enfrentamiento físico entre los dos países. Sobre todo, es urgente establecer un marco estable de cooperación diplomática. España debe estar, por lo tanto, muy atenta al discurrir de los acontecimientos y actuar siempre en favor de la resolución de los eventuales conflictos y discrepancias. Para nuestro país y para la Unión Europea es esencial que se llegue a acuerdos y que, en ningún caso, se produzcan reacciones que sobrepasen los límites que dispone el Derecho internacional. Las controversias entre los dos Estados árabes no se pueden resolver acudiendo al uso de la fuerza, ni tan siquiera a un “uso menor de la fuerza” alegando un supuesto de contramedidas. Es urgente que la diplomacia despliegue, en consecuencia, toda su capacidad. Cuanto antes mejor.