Opinión

La revelación de Yolanda Díaz

No le importan la candidatura ni el proyecto político, ¿qué pretende?

Uno se pregunta: ¿qué nueva revelación hacia su Damasco particular habrá impactado en la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz? ¿Habrá sido el Papa Francisco quien le ha desviado hacia la virtud, hacia la religión verdadera? No me refiero a su vida mística sino al significado de esa frase de su entrevista en El País: Lo que voy a hacer a partir de ahora es abrir una gran conversación con la sociedad española. Pero no para un proyecto político. No estoy hablando de una candidatura. Creo que nuestro país está hastiado de proyectos políticos». ¡Prenez del frasque, Carrasque!

¿Qué querría decir la también vicepresidenta tercera con que no es una candidata? Para ese «su no programa político», ¿recogerá las peticiones de la Ceoe, de las empresas del Ibex 35, de las pyme o de los sindicatos?¿Aceptará las tesis de la Conferencia Episcopal, de las asociaciones ateas, de los colegios profesionales…? ¿Quiénes pertenecen a la sociedad con la que va a abrir una gran conversación? ¿Los votantes de su PCE, del PSOE, del PP, de Vox? ¿Todos o solo algunos? ¿Hablará con los policías y guardias civiles contrarios a la ley de seguridad que acaba de votar? ¿Y con las víctimas del terrorismo humilladas por sus pactos con los proetarras? ¿Todas las Cataluñas de España a las que se refiere encuadran a los españoles que reivindican el derecho constitucional a educar a sus hijos en castellano en el porcentaje que marcan las leyes? Si no le importa la candidatura, si no tiene proyecto político, ¿qué pretende? ¿Tendrá razón mi amigo Rogelio cuando imputa a Yolanda Díaz una maniobra de ir echando votos en las arcas del PSOE para ocupar después el segundo puesto en la lista de Pedro Sánchez? Ella no pertenece a esa estirpe, pero cada día hay más majaderos en el escenario público. Así es la vida.