Opinión

Sánchez-Batet, ¡vaya dúo infernal!

Sin duda habrían permitido votar al diputado si hubiera sido al revés

¿Qué habría pasado si el voto «equivocado» que aprobó el decreto sobre la reforma laboral lo hubiera emitido un diputado socialista y hubiera originado el rechazo de la Norma? Se hubiera organizado la de san Quintín y, sin ninguna duda, el tándem Pedro Sánchez-Meritxell Batet habría permitido la entrada del congresista al hemiciclo para subsanar el yerro. Sin embargo, en una actuación ventajista, como la que nos tiene acostumbrado el presidente del Gobierno, se desenvolvieron para su conveniencia.

Sabían perfectamente lo que se jugaban y, como es habitual, se saltaron el obstáculo que les negaba el éxito: la reunión preceptiva de la Mesa del Congreso para deliberar si se aceptaba la entrada de Alberto Casero (PP), porque intuían la decisión lógica en estos casos «si se encuentra presente y ha comunicado la equivocación, que pase». ¿Qué problema iban a tener para ello quienes apoyan el incumplimiento de las sentencias de los tribunales, como han demostrado con los independentistas catalanes?

Dicho esto, el PP se ha dejado prestigio en el escenario. El tiempo dirá si también algún voto. Pablo Casado y su grupo están obligados a utilizar todas las armas legales para desvelar las vergüenzas de Sánchez- Bate y eliminar cualquier sospecha de «error pactado» que, según constata mi amigo Rogelio, existe en algunos círculos de sus simpatizantes.

Están obligados, asimismo, a estudiar el comportamiento del tal Casero, las causas de su ausencia –no es lo mismo votar desde la cama por enfermedad que desde un restaurante– por la trascendencia de la irresponsabilidad exhibida, más aún de una persona con despacho en la calle Génova y colaborador estrecho de la dirección nacional. Olvidaba referirme a la injusta algarabía de las vicepresidentas tras el penoso acontecimiento. A quien debían felicitar y premiar no era a Yolanda Díaz sino a Meritxell Batet. Así es la vida.