Violencia de género
Escúchenlas
Hagámoslo sin falta y, sobre todo, antes de que sea demasiado tarde. Aquí y allí.
Digamos que la actualidad tiene distintos niveles. Como un «scalextric» que cruzara una ciudad imaginaria, las historias se superponen unas sobre otras y destacan en función de variados referentes: proximidad, novedad, rareza... nada que un periodista, ya formado o en construcción, no conozca. Son los criterios de noticiabilidad. Requisitos que determinan que algunos asuntos lleguen a portada y que otros terminen, pese a su relevancia, algo más enmascarados. Hay realidades, es inevitable, que nos resultan más ajenas, informaciones que pasan a nuestro lado como rozándonos, pero sin tocarnos del todo. Como la de las hermanas Abbas, que vivían en Tarrasa y fueron estranguladas y disparadas en Pakistán por sus propios hermanos al querer divorciarse de los parientes con los que las habían casado. Uno de esos (mal) llamados crímenes de honor. Un asesinato, con raíces atávicas y ancestrales, cometido a kilómetros de nuestros afanes cotidianos, tan alejado, en apariencia, de nuestras rutinas.
Lo global, que nos traslada a otros escenarios en los que cinco mil mujeres son asesinadas en el mundo cada año a causa de estas «venganzas de sangre», según Naciones Unidas, conecta con otros datos, más cercanos, que también sobrecogen: cinco víctimas de violencia de género en España en poco más de una semana. Y la combinación de ambas cifras nos obliga a extender la mirada de la justicia, la de los derechos humanos, para desmontar silencios y superar desigualdades; la estadística actuando como perverso recordatorio de la necesidad de dar voz a las mujeres en nuestra sociedad, pero sin olvidar a aquellas que no pueden alzarla en la suya, más allá de nuestras fronteras. Resulta, pues, pertinente evocar ahora la petición de María Teresa Fernández de la Vega en el discurso inaugural de la Cumbre «Los Puentes de las Mujeres», que se celebró hace pocos días en Madrid: «Escúchenlas». Hagámoslo sin falta y, sobre todo, antes de que sea demasiado tarde. Aquí y allí.
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