Sociedad

Sueño de verano

A pesar de esa suerte infravalorada, muchos habitantes gustaban de rememorar constantemente hechos de violencia del pasado

Hoy soñé que vivía en un país raro pero agradable. En ese país, como en todos los de la historia humana, la política consistía en que unos ciudadanos ejercían su dominio sobre otros, pero (siendo un país de ensueño) ese dominio se llevaba a cabo sin violencia, cosa infrecuente en el globo terráqueo.

A pesar de esa suerte infravalorada, muchos habitantes gustaban de rememorar constantemente hechos de violencia del pasado (que se remontaban a siglos anteriores al nuestro) para justificar sus acciones de intereses inmediatos. Por ello, la vida en ese país soñado –si bien de cierto confort y seguridad– se desarrollaba siempre en la oscuridad, en medio de una especie de noche cálida de verano que no acababa jamás. Entre las sombras, revoloteaban todo tipo de duendecillos; desde los más joviales a los más bondadosos o malignos. Se oían en el aire tórrido lejanos ecos de fiestas y peleas.

Ocasionalmente, algunos habitantes bienintencionados encendían hogueras para explorar la oscuridad, pero en la mayoría de los casos solo servían para alimentar el resplandor de su círculo alrededor, poniendo de relieve sobre todo lo infinito de la tiniebla que rodeaba el pequeño perímetro delimitado. Duendes, luciérnagas, vagaban por la fosca impenetrable y daba la sensación, a veces, como si los puntos de luz de las antorchas solo sirvieran para aumentar el calor tórrido de algunas fases de la noche y provocar peligro de incendio. A lo lejos, siempre se oía un rumor de tambores de origen ilocalizable. Eso nos mantenía siempre vivos e inquietos, alerta pero revitalizados, con el dulce sopor que se encuentra entre la vigilia y el sueño.

Cuando desperté no supe si estaba hirviendo y la ola de calor me había convertido en incorpóreo, en evaporado. Pero vino en mi ayuda el duende Puck para situarme y pude decir con él que, si las sombras os hemos ofendido, pensad solo que habéis estado un poco adormilados mientras tales visiones acudían.