Política

¿Autoridad? Sí, pero bien ejercida

La autoridad necesita para ejercerse que se reconozcan derechos y deberes y que se respeten y exijan unos y otros

Ante todo, lo que está sucediendo en nuestro entorno aquí y allende nuestros límites, me pregunto: ¿Quién tiene autoridad?

Ciertamente no la tiene quien no ama a los demás, sino que se ama a sí mismo, tampoco la tiene quien no busca el bien común, sino el propio interés, y tampoco el que engaña y miente, el que manipula la historia o no deja que se vea como ha sido, quien no actúa conforme a la verdad y al sentido común, y a un etc. Quien actúa de esta manera no debería tener autoridad, la sociedad debería tener medios e instrumentos para quitar esa autoridad nominal.

Y a quien la ejerce de esa manera se debería decir que se marche y deje libre su puesto, porque una sociedad sin autoridad o así ejercida camina en el caos, sin brújula, a la autodestrucción.

Y no pongo ejemplos porque los hay y muy patentes, no los necesitan ustedes. Y el autocomplaciente tampoco tiene autoridad, sino que produce desorden y discordia. Y la pierde, el placentero, aunque le aplaudan.

La autoridad está con el servicio, con la verdad, con la libertad, con la concordia y la paz, la fidelidad y la perseverancia, la unidad, con el bien común, con lo bueno y lo justo; el relativismo gnoseológico y moral es totalmente contrario a la autoridad, y habría que combatirlo con medios lícitos; la autoridad necesita para ejercerse que se reconozcan derechos y deberes y que se respeten y exijan unos y otros.

Necesitamos, para vencer este mundo, de la verdad, del bien, de la belleza, de la persona y su dignidad.