Reyes Magos de Oriente
Carta a los Reyes Magos
Os pido por las familias, para que se respete la verdad de la familia, para que se la proteja y defienda. Acordaos de todas las familias porque en ellas está el futuro del hombre
También los Obispos eméritos le escriben a los Reyes Magos, y yo les he escrito la siguiente carta que transcribo.
Queridos Magos de Oriente: Como cuando era niño os escribo para pediros algo. Me decían que no hay que ser avaricioso.
Os pido que traigáis a nuestra España el que sepa recobrar el vigor pleno y la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por un profundo amor al hermano. Para sacar de ahí fuerza renovada que nos haga infatigables creadores de diálogo y promotores de justicia, alentadores de cultura y elevación humana y moral del pueblo.
Que los que no creen crean de verdad: porque ¿verdad que no da lo mismo creer que no creer para el futuro y el logro del hombre y de la Humanidad?
Que se nos quiten los complejos y los miedos, que se nos note que somos cristianos y que, sin temor, vayamos donde están los hombres para hacer presente allí, en obras y palabras, el Evangelio de Jesucristo, fuerza de salvación y fuente de esperanza y de humanización, de concordia y paz.
Que vivamos de verdad las exigencias del Evangelio para contribuir decididamente a la renovación de la sociedad, a la creación de una nueva cultura de la vida y de la fraternidad y de una nueva civilización del amor.
Que se revitalice la trabazón cristiana de nuestras comunidades para hacer posible un nuevo tejido de nuestra sociedad.
Os pido también que consigáis de Dios el regalo de llevar a feliz puerto el Propósito de los Obispos de la Conferencia Episcopal Española de evangelización en todas las diócesis, las parroquias y comunidades.
Para esta sociedad nuestra, queridos y admirados Magos, os pido que le traigáis paz, concordia, sabiduría, sentido común. La verdad, el bien de la persona y el servicio al bien común, que se haga lo que se debe hacer y no andemos en tanto desconcierto.
Que no golpee de nuevo el terrorismo en nuestras tierras ni en ninguna parte del mundo.
Que crezca en cada uno de los ciudadanos un verdadero amor a todo hombre, sin excepción ni marginación, que se ame y defienda a nuestra patria. Que se supere la división y las divisiones para que haya futuro y verdadero desarrollo.
Que la dignidad inviolable de todo ser humano se respete. Que se respete, de manera muy principal, a los niños, y que no se les «robe el alma» con un ambiente social o una pseudocultura hedonista, alienante y vacía, o con un adoctrinamiento ideológico en las escuelas que les destruye su frágil corazón para amar.
Hay todavía entre nosotros amplias zonas de pobreza, como hay un grave problema de desempleo y de paro, sobre todo juvenil y hay demasiados contratos de trabajo que no pueden satisfacer. Por eso os pido ayuda, sobre todo para quienes tienen responsabilidades especiales en la sociedad, a encontrar políticas eficaces y duraderas de creación de empleo.
Os pido también que, desde todas las instancias, se propicien planteamientos valientes que despierten en las personas la conciencia de la responsabilidad de todos en la construcción del bien común, de una sociedad nueva y mejor.
Os pido por las familias, para que se respete la verdad de la familia, para que se la proteja y defienda, por las familias que están en situaciones difíciles y lo están pasando mal, por las que viven en tensión o están a punto de rupturas, por las que tienen enfermos. Acordaos de todas las familias porque en ellas está el futuro del hombre.
Y os pido que traigáis al mundo entero la paz, singularmente a Ucrania y Rusia; que Putin ponga fin inmediatamente a la guerra.
Permitidme que os pida una última cosa: Que pronto podamos escuchar el anuncio gozoso de la beatificación de la Reina Isabel la Católica a la que tanto le debemos y le debe el mundo entero y que tan notable ejemplo constituiría en estos momentos.
Muchas gracias por todo. Sé que sois muy generosos y me vais a escuchar.
Que Dios os bendiga.
Antonio Cañizares Llovera es cardenal y arzobispo emérito de Valencia.
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