Peluquerías

Larga vida al pelo

«Alrededor de 600 peluquerías belgas ya participan en esta acción para reciclar el cabello»

Con cada viaje a la peluquería nos despojamos de algo que ha estado con nosotros durante las últimas semanas, meses o años.

Algunos acuden por estética. Otros por recomendación de su terapeuta. Los cabellos cortados se tiran a la basura, anidan en las aspiradoras, incineradoras o tuberías del salón de belleza. Mi amiga Laura se deja el pelo largo para regalarlo. Su tarea es ardua: deberá crecer (sin tratar) más de 35cm para poder reutilizarlo en pelucas para niñas enfermas. Ella lo hace concienzudamente, no es fácil ni siquiera donarlo. Ahora, en Bélgica han ideado cómo darle una segunda vida a todos los pelos, largos o cortos.

«Los cabellos son muy resistentes y pueden utilizarse para biocompuesto. Están formados de queratina y también sirven para tratar la piel quemada», explica Patrick Janssen, fundador de la ONG Dung Dung que desarrolla proyectos de recuperación de residuos y que ha lanzado la acción Hair Recycle. «Este material maravilloso» se puede reciclar de varias maneras. Puede absorber la contaminación por hidrocarburos. Asimismo, Janssen destaca desde Auderghem, al sur de Bruselas que «nuestros productos capilares reciclados se fabrican localmente con materias primas locales y ecológicas. Los productos tradicionales se fabrican en la otra punta del mundo con derivados del petróleo y se importan a Europa.

El pelo es idóneo para absorber grasa, aceite e hidrocarburos. Janssen asegura que para realizar una de sus famosas esterillas «necesitamos 1 kg de pelo (que absorberá hasta 8 litros de aceite)». «Hemos hecho unas veinte esteras de pelo». Después, estas alfombras se utilizan en el sistema hidráulico. Tejen esta suerte de baldosas peludas que colocan en los desagües para tragarse la polución del agua antes de que llegue al río. También pueden hacer frente a problemas de contaminación por inundaciones y para limpiar vertidos de petróleo. Ya funciona en ciudades como Lieja y en el Brabante Valón.

Las peluquerías son clave en esta iniciativa. Alrededor de 600 centros belgas ya participan en esta acción. En los salones están muy satisfechos. Sus clientes también, contentos de que su pelo tendrá una segunda vida útil. Y si algún particular tiene la suerte de tener mucho pelo, Janssen anima a que contacte a la ONG directamente.