Cuartel emocional

Rodeada de público

Las primarias de Ciudadanos, un asunto tan irrelevante como la categoría ínfima de un partido que, según previsiones, no sacará ni un solo diputado en las elecciones de otoño.

A muchos les extraña que pueda escribir rodeada de público, con conversaciones cruzadas y con cánticos (todavía) navideños, pero cuando el tiempo apremia, hay que salvar dificultades y hasta ambientes familiares para que el envío del artículo al periódico no se demore en exceso. Vayamos a lo nuestro. Me llama la atención que hasta en tertulias políticas se hable del asunto Llosa-Preysler cuando creía que ya lo teníamos más que superado, pero no. Se comenta que don Mario va diciendo algunas cosas que nos suenan delirantes, como que su enamoramiento fue tan solo de bragueta, concretamente de “pichula”, pero me suena tan mal que no me atrevo ni a escribirlo. Sí me creo que vaya con un ejemplar de Madame Bovary en la mano por dos razones: él es muy de Flaubert, lo sé bien, y el personaje le va a la Preysler que ni pintiparado. Me parece poco elegante, en cualquier caso, que lo proclame a los cuatro vientos pero cuando un romance se acaba, perdemos a veces la categoría y hasta la compostura. Todos tenemos un no sé qué que nos reconcome, muy mal consejero pero, en fin, dejémoslo estar. En este pequeño contubernio amoroso (o sexual, según el escritor peruano) hay un nuevo dato, fruto de la rumorología patria, que baraja que Madame Preysler tiene un nuevo amigo entrañable, de procedencia sevillana, que me pregunto si pudieran ser mis amigos Pepe S. o Rafa D., tengo que llamarlos por si acaso, no me vayan a dar un susto.

Benedicto XVI ha muerto con la misma discreción que vivió. En su funeral estuvimos divinamente representados por nuestra Reina Doña Sofía, una reina de verdad, que tuvo que soportar la compañía del casposo Bolaños y de la soi dissant embajadora ante la Santa Sede, la Celaá, quien en sus tiempos de ministra de educación suprimió la religión del bachillerato. ¡Manda huevos, querido Fede! Pero ahí seguimos, tragando quina y loas a otro muerto, Nicolás Redondo, que casi se carga la evolución de nuestra sociedad con huelgas generales y propugnando la miseria frente a la prosperidad económica. Ahora resulta que es un ejemplo a seguir y sólo sueltan las verdades del barquero dos o tres columnistas con quienes me siento más que identificada.

Tenemos también otro asunto que comentar en esta última semana de periódicos flacos y cotilleos del corazón, aunque no me pidan que hable de Tamara porque ya me resulta estomagante. No. Me refiero a las primarias de Ciudadanos, un asunto tan irrelevante como la categoría ínfima de un partido que, según previsiones, no sacará ni un solo diputado en las elecciones de otoño. Ya ni te cuento en las municipales o las regionales de mayo. Me interesa, sin embargo, Elías Bendodo, quien va a capitanear los comicios por parte del PP, todos esperan que con éxito, el mismo que consiguió en Andalucía con unos resultados históricos. Que los dioses lo iluminen y le ayuden a llevar a buen puerto el barco electoral, que buena falta nos hace el tan ansiado cambio de ciclo.

CODA. Dedicada al Rey Don Juan Carlos, que ha cumplido 85 años en soledad, quiero decir familiar, aunque muy bien cuidado por quienes en Abu Dabi lo tutelan y velan por su bienestar. Es triste que este año, cuando su sucesora Leonor alcanza la mayoría de edad y, por tanto, ha de jurar la Constitución, él no vaya a estar presenciando el acto, y que todo el trabajo que derramó sobre una España anticuada y hasta despreciada, quede hoy embarrado por un gobierno que considera que un Rey es como tú o como yo. Ni tú ni yo hemos dado la vida por España como él lo hizo, ni la hemos puesto en la proa de los países de mundo, ni la hemos sacado del paletismo ni hemos ejercido como el mejor Embajador en el extranjero. Aunque con retraso, feliz cumpleaños, Señor.