Cuartel emocional
De alergias y de mafias
Andamos hueros de personas honestas y lo echamos de menos
No se recuerda un año tan tremendo ni un número tan alto de afectados por las alergias. La que estas líneas suscribe lo sabe bien y los estragos que están causando en media España son casi tan altos como los que ocasionan a la vida política las mafias, los tramposos, los prevaricadores y los corruptos, cuyo número aumenta cada día sin que nadie pueda poner un tope que los detenga. En mala hora llegó Sánchez como adalid de la transparencia, ahora reconvertido en el personaje más embustero de la historia de la democracia. Su cinismo en las absurdas sesiones de control del Congreso –que no sirven para nada ni controlan nada-, provoca ya una aversión infinita hacia su persona y hacia sus personajes. Los imputados David Sánchez, Ábalos, Koldo, Cerdán, el mindundi de Gallardo, ahora ya aforado, compensación ganada a pulso por los favores al hermano del presidente, y tantos otros son protagonistas en cada debate y en cada telediario. Andamos hueros de personas honestas y lo echamos de menos. Pero repetimos una semana más lo que decimos siempre: mientras haya asuntos que ensombrezcan los escándalos que saltan cada día, no hay por qué temer. Gaza, Trump, el ucraniano asesinado delante de un colegio en Madrid, la pareja de judíos asesinados por un palestino en Washington, Putin, Trump con el sudafricano en el despacho oval disparatando como con Zelenski, y todo así. El despacho oval, por cierto, está más feo que nunca, con unos retratos enmarcados en pan de oro, que le dan un aspecto rancio que nos retrotrae a los tiempos de John Adams, primer inquilino de la Casa Blanca, allá por 1800. Pero el presidente de USA quiere mucho oro alrededor; yo soy más de jamón y vino, que para oro ya están mis amigos y mi familia.
Las decoraciones de la Casa Blanca han variado siempre con cada inquilino que ha pasado por allí. Cuando llegó Felipe González a Moncloa decoró la casa presidencial que parecía una peluquería de aldea; luego Aznar la mejoró un poco merced al consejo de las amigas de Ana Botella y al buen hacer del recordado Jaime Parladé; Zapatero no la tocó mucho ni tampoco el perezoso Mariano. Su mujer, en su afán de permanecer en la discreción y en la sombra, no tocó ni una tapicería. Finalmente el faraón actual se ha traído cuadros pertenecientes a Patrimonio, con lo cual las paredes están que se salen de costosas obras de arte. No sé cómo darán hoy día de comer; sólo sé que una vez, en una cena a cuatro, Carmen Romero nos dio sopa de pollo y ternera asada con patatas. Año 1990. Más tarde con Aznar y Ana las comidas eran sencillas, como las de cada casa, pero un poco más… digamos imaginativas, y siempre con el mismo vino y el mismo postre, o sea helado de café, que era el favorito del entonces presidente. Ahora imagino que habrá espumas, aires y aromas, como en los restaurantes de menú cerrado que tanto proliferan: el patán que gobierna y prevarica querrá epatar a sus invitados. Nunca se volvió a saber de la famosa “bodeguita” de González, donde su mujer reunía a lo más “granado” de la intelectualidad de aquel tiempo, todos subvencionados, claro.
CODA. Dicen que los Reyes quieren mantener a raya la privacidad de sus hijas, pero eso podrá ser viable hasta cierto punto. Una es la sucesora primera de la Corona de España y la otra, la segunda. Dicho esto, la Infanta Sofía, que termina su bachillerato en Gales, deberá asumir una determinada preparación “por si acaso”. Se librará del tema militar pero no de unos obligatorios conocimientos históricos sobre la monarquía, derecho constitucional, derecho nacional y ciencias políticas. Desde estas líneas le deseamos lo mejor.