Sin Perdón
Ayuso contra el machito Sánchez
«Nadie debería sentirse orgulloso y pretender constitucionalizar el aborto como un derecho fundamental»
Lo que más le interesa a Sánchez es su bienestar. No lo ha escondido nunca. Un día nos aclaró que había comido tarde, otro que se encontraba bien de salud y sabemos, además, que es un hombre profundamente enamorado. En este último aspecto, desconozco si esto incluye escribirle poemas a Begoña para mantener viva la llama del amor y ocupar su tiempo en esos tediosos viajes por el mundo donde tiene mucho tiempo libre. Ha arrancado la semana con dos días magníficos dedicados a la política vacía de contenido, que es lo que más le puede gustar. No hay más que ver la escena ridícula de su sumisión a Trump para que le dejaran participar en la firma del acuerdo de paz para Oriente Medio. Otra foto para su álbum. ¿Dónde han quedado sus ataques contra el presidente de Estados Unidos y su deseo de liderar el antitrumpismo mundial? No hay que extrañarse porque es un gran farsante político, dicho respetuosamente, que se adapta a cualquier escenario. Al final, he llegado a la conclusión de que la espantada a los periodistas en el Palacio Real estaba justificada por la necesidad de entrenarse ante un espejo de cuerpo entero para el gran momento del encuentro con Trump.
Es verdad que este tipo de actuaciones tienen poco recorrido, ya que este martes amenazó a España con aranceles si no aumenta su gasto en defensa. No parece que esté muy fascinado con el amigo de las dictaduras y los regímenes autoritarios. Cuando le falla un comodín, siempre le queda pelear con Ayuso, aunque sale trasquilado, y eso que en la aventura le acompañan los habituales palmeros ministeriales. En esta ocasión volvió a la carga con el aborto y es llamativo que se sienta orgulloso con que dejen de nacer más de cien mil niños. Hemos pasado del derecho a la vida al derecho a matar. Nadie se debería sentirse orgulloso y pretender constitucionalizarlo como un derecho fundamental marca el grado de ignorancia y estulticia de sus promotores. Es verdad que es otro capítulo de esta gran farsa que es el sanchismo, ya que ni siquiera es capaz de aprobar unos Presupuestos. Ayuso sufrió dos abortos, una experiencia muy dura y difícil, y no está para aguantar la prepotencia del machito y sus mariachis.