Letras líquidas

Bienvenidos a 2019

Y ahora, en pleno «caso Koldo», se revuelven viejos fantasmas que, entre el rigor de los datos y los apuntes de nuestra memoria, nos revelan otra vez más pobres e impactados por escándalos de mordidas y comisiones

Hay una máxima que rige el periodismo de precisión: las evidencias científicas son sagradas. La investigación empírica como principal vía para interpretar y comprender lo que nos rodea, a medio camino entre la estadística y la sociología, surgió en la década de los 60 en Estados Unidos como complemento a otros estilos periodísticos, más intuitivos y literarios, que estaban en pleno auge. Con el recurso a la exactitud de esas técnicas, se aspiraba a configurar el retrato más ajustado posible de la realidad a través de la certeza de los datos. Y, siguiendo ese oráculo de las cifras, nos topamos estos días con que el Instituto Nacional de Estadística (INE) concluye que los indicadores de pobreza crecieron el año pasado en España. En concreto, el denominado Arope, el medidor del riesgo de pobreza o exclusión social, habría aumentado hasta el 26,5 por ciento, impulsado por la galopante inflación e invirtiendo la tendencia decreciente. Y esa caída nos devolvería a los niveles de ingresos de 2019.

Ha pasado mucho desde entonces. Y no solo tiempo. Hace cinco años no sabíamos algunas cosas que hoy nos resultan absolutamente cotidianas: desconocíamos, por ejemplo, dónde situar Wuhan en los mapas, no habíamos escuchado nada sobre confinamientos, ni teníamos cronometrada la velocidad a la que se contagia un virus según el tiempo que pasas cerca de un contagiado. No habíamos atravesado una pandemia, claro, ni tampoco habíamos percibido tan reales y tangibles las amenazas de Putin a Europa. ¿Qué nos preocupaba en aquel momento? Una de las principales causas de inquietud, si recurrimos a los barómetros del CIS, era la corrupción. Y ahora, en pleno «caso Koldo», se revuelven viejos fantasmas que, entre el rigor de los datos y los apuntes de nuestra memoria, nos revelan otra vez más pobres e impactados por escándalos de mordidas y comisiones. Cualquiera diría que no hemos aprendido nada. Bienvenidos a 2019.