
Y volvieron cantando
Burdos argumentarios sincronizados
La mentira está instalada más que nunca como elemento obligado en el decorado político y ya empieza a contemplarse como normal.
La declaración judicial de Ábalos este jueves promete todo un elenco de próximas comparecencias en el banquillo bastante más acotadas en la búsqueda de contradicciones con el «mayordomo» Koldo y ajenas a cortafuegos políticos sobre los que la policía judicial no entiende. La tenaza judicial y las evidencias que poco a poco vamos conociendo con las investigaciones de la UCO muestran el cerco a un gobierno como pocas veces se ha visto en más de cuatro décadas de democracia. No nos desayunamos una mañana sin conocer nuevos datos de la trama Koldo o si prefieren Ábalos junto a un elenco de nombres propios que cualquier escolar ya sería capaz de recitar de memoria como si de la alineación de su equipo favorito se tratara. Tenemos mientras tanto al mismísimo jefe del gobierno hablando de connivencias entre jueces y primer partido de la oposición, huida hacia adelante que solo puede acarrear parálisis en la acción de un gobierno que día a día se recuece en la tóxica salsa del señalamiento a instituciones como el poder judicial, con la única esperanza de que una legislatura larga acabe brindando otros momentos y otros argumentos para las primeras páginas de periódicos y aperturas de informativos en radio y televisión. Patadón adelante y ya se verá.
La mentira está instalada más que nunca como elemento obligado en el decorado político y ya empieza a contemplarse como normal, por ejemplo, que todo un ministro del Interior afirme en sede parlamentaria y ante la prensa no saber nada de la famosa llegada a Madrid de Delcy Rodríguez, cuando dos días después se evidencia que su número dos en el departamento de Interior estaba en el arcano de un alojamiento de la vicepresidenta venezolana en la capital del Estado acorde a su «categoría», por no hablar del papelón de la ministra portavoz poniendo voz y cara a delirantes argumentarios de la fábrica de propaganda de la Moncloa. El Gobierno y el PSOE han optado por la estrategia del «y tú más» como antídoto al aluvión de informaciones sobre la trama Koldo y sus interminables ramificaciones en una nueva demostración de desprecio a la inteligencia ciudadana. Tampoco hay pudor a la hora de cantar como disciplinados papagayos el mismo argumento en función de la escandalosa novedad de cada día, máxime cuando el panorama apunta a que habrá más novedades. Agotamiento, calcinación, descrédito y el «tú más».
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