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Sin Perdón

Las cloacas del sanchismo

«Las empresas públicas se utilizaban para completar los emolumentos de las amiguitas»

No voy a negar el voluntarismo de la izquierda mediática defendiendo a Sánchez y minimizando los procesos judiciales que afectan a su familia, al PSOE y al Gobierno. Ni siquiera le pediría que fuera coherente con lo que decía y exigía al PP con la Gürtel, aunque no era un escándalo tan sórdido como el protagonizado por Ábalos. El trajín de prostitutas o amigas de pago es llamativo, pero muchos periodistas, incluidos algunos de la fachosfera, equiparan la Gürtel con la sucesión de escándalos que afectan al sanchismo. Me parece increíble. Koldo era el brazo ejecutor del hombre fuerte del partido y del Gobierno, aunque actuaba como un conseguidor para complacer a su jefe y, sobre todo, amigo. Eran dos colegas. Es evidente que el currículo del personaje no encajaba con las funciones de un asesor ministerial. No tenía ni formación ni experiencia. Lo normal es buscar personas cualificadas, aunque no hay duda de que la preparación de Koldo era muy útil en temas más sensibles para Ábalos. Las empresas públicas se utilizaban para completar los emolumentos de las amiguitas. A estas alturas ya no nos sorprenden las noticias que vamos conociendo sobre las prácticas deleznables de la trama.

No sé qué más puede suceder para que la izquierda mediática y la derecha acomplejada dejen de comparar una etapa y la otra como si fueran similares. Las declaraciones de la ex miss Asturias son bochornosas, aunque al menos negó cualquier ejercicio de la prostitución. Es lógico que su irrupción en la trama de corrupción le haya destrozado la vida. Los aspectos que rodean su contratación en una empresa dependiente del ministerio son vergonzosos. El enchufismo más descarado e incluso sufrió acoso laboral. El carácter sórdido llega al extremo de que Koldo le mandaba mensajes obscenos. He de reconocer que me apena las circunstancias que vive y respeto la presunción de inocencia que hay que aplicarle. Estuvo mal que fuera enchufada por la cara, pero con lo que sabemos del comportamiento del sanchismo como agencia de colocación, no es más que otro ejemplo de sus prácticas deleznables. No hay más que ver a muchos altos cargos o a la mayor enchufada del Reino, la registradora Beatriz Corredor. En algún momento, los políticos tendrán que asumir que la Administración Pública no es un botín al servicio del ganador.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)