Tribuna
Los colosos tecnológicos occidentales: Progreso en su integración en nuestros sistemas militares
Para mantener la distancia sobre China las potencias occidentales deben coordinar más sus programas militares, cibernéticos y de IA, además de vetar la transferencia de tecnología puntera
Los titanes tecnológicos occidentales mantienen su presencia en China. Esta circunstancia socava la posición de Occidente frente a nuestros adversarios geopolíticos. El último ejemplo es la irrupción del asistente de Inteligencia Artificial (IA) chino DeepSeek. El fondo chino High-Flyer asevera que DeepSeek se entrena con sólo 6 millones de dólares de semiconductores H800 de Nvidia. Su atractivo inicial se debe a su gratuidad y la curiosidad. Es entrenado por personal militar y agencias gubernamentales chinas, que censuran sus contenidos. Sus 61 millones de usuarios contrastan con los 400 millones de ChatGPT.
El FBI está investigando si DeepSeek logró 50.000 semiconductores H100 de 4 nanómetros de Nvidia, cuya exportación está prohibida. En cualquier caso, utiliza chips H800 de Nvidia, una modificación de la versión H100 destinada a cumplir con el veto de exportación. La marina de EEUU, NASA, Texas, Corea del Sur, Australia, Taiwán e Italia han prohibido DeepSeek en sus sistemas electrónicos.
Las tecnológicas occidentales deben cooperar con y ser fieles a los países occidentales que les proporcionaron el personal, mercados de capitales e infraestructura para su éxito. En 2023 se produjeron 32.000 ciberataques contra el gobierno de EEUU, así como un 53% de empresas francesas y un 61% alemanas. OpenAI, propietaria de ChatGPT, ha creado «ChatGPT for Gov», que sólo puede ser empleada por los funcionarios federales de EEUU. Es un entorno que protege contra ciberataques. El Reino Unido en 2023 fundó el Instituto de Inteligencia Artificial para salvaguardar datos frente a brechas de seguridad internas y externas. Microsoft ha invertido 13.000 millones de dólares en Open AI. Acuerdos con otras democracias para proporcionar productos equivalentes para sus gobiernos unificarían los sistemas de defensa contra ciberataques.
Desde 2011 EEUU ha otorgado a Israel 2.600 millones y tecnología para la Cúpula de Hierro y Honda de David, cuya IA les permite abatir un alto porcentaje de misiles. Desde 2017 el Pentágono está incorporando IA a sus armamentos. En 2025 invertirá 1.500 millones para que Lockheed Martin dote de IA a sus 96 navíos que poseen el sistema antimisiles Aegis y al Aegis Ashore desplegado en Europa oriental. Palantir contribuye datos generados por IA al gobierno de EEUU, 250 empresas y otros 50 países para prevenir ciberataques y ataques terroristas. Raytheon integra IA a las baterías antimisiles Patriot y Northrop Grumman al sistema antimisiles GMD, con radares e interceptores en Alaska y California y otro radar en Groenlandia. Los treinta y dos miembros de la OTAN, los del Quad (EEUU, Australia, Japón, India) y la Trilateral (EEUU, Japón, Corea del Sur) deben acelerar la compenetración de su armamento tradicional, nuclear y cibernético.
La administración Trump ha anunciado 25.000 millones de dólares en inversión para desarrollar un sistema antimisiles espacial. El proyecto Stardom contaría con satélites en órbita con sensores capaces de detectar y abatir misiles. La empresa SpaceX de Elon Musk dispone de miles de cohetes Falcon y satélites para Starlink. A algunos se les podría añadir láser, proyectiles cinéticos y misiles interceptores para desplegar un escudo antimisiles en el espacio. Sería parecida a la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE) que impulsó Ronald Reagan y que nunca se debió abandonar. Tecnologías de la IDE sirvieron para desarrollar Aegis y GMD.
Hay que modificar el acuerdo Wassenaar para excluir a las no democracias y convertirlo en una institución potente como el COCOM, cuyos diecisiete miembros durante la Guerra Fría coordinaban prohibiciones de venta de tecnología avanzada a la URSS y sus aliados. El 21 de enero se presentó la iniciativa Stargate. Es un partenariado público-privado entre el gobierno de EEUU, Oracle, OpenAI, SoftBank, Microsoft y Nvidia. Invertirá 500.000 millones en los próximos cuatro años para construir veinte grandes centros de datos en EEUU. Ya cuenta con 5.381, mientras China sólo tiene 449. En ellos se realiza el aprendizaje de máquinas y modelos de lenguaje grandes. Fomentar la fabricación de centros de datos en Canadá y los países escandinavos es fundamental porque necesitan mucho espacio y potentes sistemas de refrigeración. Los programas de IA de EEUU, los 43.000 millones que está invirtiendo la UE y sus estados miembros y la iniciativa Rapidus de Japón deben complementarse y no competir.
China no diseña ni fabrica semiconductores menores de 5 nanómetros (nm). Únicamente las estadounidenses Apple, Qualcomm, Intel y la coreana Samsung diseñan chips de 3 a 4 nm, y sólo Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, Samsung, Intel y GlobalFoundries los ensamblan. El comportamiento de Nvidia es lamentable. Se prohibió en abril la exportación de su chip H20 a China. En junio podría empezar a ensamblar una GPU (unidad de procesamiento gráfico) de última generación Blackwell diseñada para China. Su precio sería de 6.500 a 8.000 dólares, en lugar de los 10.000 a 12.000 del H20. En 2022 Nvidia controlaba el 95% del mercado chino. Después de las restricciones ha bajado al 50%. Sin las GPU de Nvidia la capacidad china de crear centros de datos de alto rendimiento con IA es limitada. Para mantener la distancia sobre China las potencias occidentales deben coordinar más sus programas militares, cibernéticos y de IA, además de vetar la transferencia de tecnología puntera.