Julián García Candau

Casillas, el monumento

Ramón Mendoza dejó para la posteridad aquella frase en que reprobó a Leo Beenhakker que hubiera dejado en el banquillo a Butragueño. Según el recordado presidente, el entrenador, con su decisión, había atentado contra «el patrimonio del club». Entre presidentes y entrenadores suele haber diferencias notables que se obvian cuando el dirigente tiene mano izquierda. Es el caso de Florentino Pérez que, aunque solidarizado públicamente con Iker Casillas, no ha dicho nada que pueda ser memorizado como lo del patrimonio. Ha sido Mou-rinho quien ha afirmado que no entiende que Casillas sea un «monumento», lo que también es definición para recordar.

Mourinho se ha ido a Dubái a emular al «Rey Sol». Ha venido a decir «el entrenador soy yo», lo que nadie había dudado porque ningún otro empleado del club habría tenido la osadía de dejar a Iker Casillas en el banquillo. El míster se ha ido a hacer declaraciones al lado de Maradona, personaje tan complejo como él, aunque todavía no viene al caso decir que Dios los cría.

De cuanto ha dicho en Dubái lo preocupante no es lo que se refiere a Casillas, sino considerar que la última semana fue fantástica. Si perder en Málaga contra Pellegrini, a quien ninguneó en su llegada al Madrid, le hace sentirse satisfecho es que no está en lo que celebra. Que a Pepe le patinen las neuronas y afirme que sus compatriotas están perseguidos en España es comprensible dados los ataques que padece. Lo peor es que Mourinho también sostenga que en España ser portugués es duro.

Posdata. Hay que averiguar si Florentino les paga.