Irene Villa

Condena total

Todavía sobrecogidos por la masacre de hace una semana en una universidad de Kenia, defendemos que la libertad religiosa es un derecho fundamental. Porque elegir libremente una religión, o incluso la opción de no creer, no puede ser motivo de discriminación. Ejercer públicamente cualquier creencia no puede convertirnos en víctimas de opresión, violencia, asesinato... como ocurre en todos esos países que están siendo despiadadamente atacados por islamistas y con la mayor crueldad. El papa Francisco en la celebración de la Pascua no pudo obviar esta terrible situación y rechazó el «silencio cómplice» y la «indiferencia» que hemos podido observar ante lo que él denomina «furia yihadista» contra los cristianos. Son ya muchos países los que son atacados, vilipendiados, oprimidos.... Irak, Pakistán, Túnez, Siria... tristemente cada vez menos lugares se salvan de esa barbarie a la que estamos asistiendo y que no puede dejarnos indiferentes. La imposición sangrienta y tirana de los fanáticos terroristas se extiende, sobrepasa fronteras y no entiende de respeto ni de convivencia pacífica, algo que tendría que ser el sueño de todo ser humano que venga a compartir nuestro planeta. Es completamente perversa y terrorífica la amenazante situación en la que cada vez más territorios se encuentran ya que incluso en países relativamente tranquilos como Kenia, tampoco les dejan la oportunidad de vivir en paz, ni siquiera en un escenario público, instructivo y abierto, como es la universidad. Tampoco olvidamos a los que han perdido la vida esta pasada Semana Santa en nuestras carreteras. Todo el apoyo a las familias y amigos ante pérdidas tan inesperadas como difíciles de afrontar.