Iñaki Zaragüeta

Cumplir la Ley

Dirán lo que quieran en Cataluña, pero el Gobierno de España y, por tanto, su presidente, están obligados a cumplir las leyes. Sólo faltaba que se vulneraran desde la estancia que más deben respetarlas. De ahí que fueran inevitables los recursos, primero y segundo, contra la convocatoria de consulta para el 9-N. Todo el mundo allí, desde la primera autoridad de la Generalitat hasta el último ciudadano, debía saber que el referéndum en cualquiera de las formas posibles es ilegal.

Otra cosa es que el próximo domingo no se saque a la calle a las Fuerzas de Seguridad del Estado, a la Policía autonómica o al Ejército para impedir que algunos se empeñen en protagonizar la pantomima de unas votaciones repletas de irregularidades e inaudita. Sin censo, con votación desde los 16 años, con derecho a voto de los catalanes que viven en el extranjero pero con prohibición a los que residen en España pero fuera de Cataluña, participación de personas estrambóticas como Cristóbal Colón, Barack Obama, Bob Esponja o el Guerrero del Antifaz...

Con semejantes irregularidades, total falta de credibilidad y, en consecuencia, unas cifras de risa como resultado, ¿qué pasará el día después? Como dice mi amigo Rogelio, nada. Que Artur Mas tendrá que convocar elecciones y, si se cumplen las encuestas, ganará Esquerra Republicana y los catalanes sufrirán las consecuencias. Bueno, las padeceremos todos, aunque allí se notará más. Si este plebiscito es para tomarlo a cachondeo, evito calificar una proclamación de independencia por parte de Oriol Junqueras con el piélago como perspectiva. Me recuerda a aquel chiste cuando Franco, ante el asedio diplomático internacional, proclamó ante una multitud «españoles, ante este momento grave para la Patria, nos encontramos al borde del abismo. Por ello os pido: un paso al frente». A continuación se oyó «ahhhhhhhh». Así es la vida.