Alfonso Merlos

De Kubala a Junqueras

No hay que darle más vueltas. Estamos ante un mecanismo de control de masas. Lo han ensayado todos los regímenes que se han llevado a tortas con la democracia. Y he aquí el enésimo experimento, ahora de la mano de la rutilante dupla Mas-Junqueras. ¡Claro que sí! Mientras pensamos en un plan para combatir la corrupción o crear puestos de trabajo, mantenemos a la muchedumbre en actitud patéticamente aguerrida o aguerridamente patética. En la gran batalla de la causa soberanista, se entiende. El único problema es que el sueño de las selecciones autonómicas elevadas a nacionales y disputando competiciones internacionales ­-para mayor gloria de politicastros alicortos- nos está saliendo pelín caro. Porque esos politicuchos están al plato y a las tajadas: en este caso, a la zamarra estelada y a la consulta ilegal.

Es así. Ningún gobierno regional ha pedido más ayuda al Estado para su rescate que el de Cataluña y ahí los tienen, ¡oigan!. Que ahora subvencionamos la Federación de Palomas Deportivas, y ya puestos la de Palomas Mensajeras, y por qué no la de Kick Boxing o la de Korfball o la de Pich and Putt (¿?) o la de Muay Thai (¿?). Una vez cogida carrerilla...

Pero no estamos sólo ante un problema de jeta sino de congruencia. El opresor gobierno de Madrid no respeta a los ciudadanos de una región de España a los que se les amordaza y se les invalidan sus derechos. Por eso Mas y Junqueras buscan como presunto sparring a Nigeria. Y ése gobierno sí que es trigo limpio. Vamos, descontando algunas acusaciones de tortura, ejecuciones extrajudiciales, deportaciones o persecución con resultado de muerte a la oposición. Como se ve, menudencias que palidecen ante el gran circo y las grandes payasadas del separatismo más insaciable, cansino y cateto.