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Iñaki Zaragüeta

En busca del futuro

La Razón La Razón

Puedo entender la cruzada de los partidos de izquierda -PSPV, Compromís...- contra la exalcaldesa Rita Barberá, y los 40 ó 50 incomprensiblemente imputados del grupo municipal, pero cuesta comprender que a ella se sume la presidenta regional del PPCV, Isabel Bonig, como si el enemigo de los populares se encontrara más entre sus filas que en las de sus contrarios. Desde ella y su equipo han partido las peores propuestas, incluida la de dejar el cargo de concejales sin que haya pronunciamiento del juez instructor. La defensa de lo que parece evidente brilla por su ausencia.

Creo que si un líder no ampara a los suyos, difícilmente llegará a ganarse su confianza y su fidelidad y, por tanto el liderazgo. Parece que desde las filas del PPCV se está llegando más lejos que la Fiscalía y el juez instructor.

Quizá Rita tiene alternativa más acertada que la de encerrarse en su casa, pero de ahí a exigirle el escaño de senadora, media un abismo cuando el juez no ha decidido si quiera pedir el suplicatorio a la Cámara Alta como medida previa a que el Tribunal Supremo determinara o no su imputación. Mientras, Barberá es inocente.

El PSPV, Esquerra Unida y Compromís se han limitado a cesar de sus cargos orgánicos a los imputados en el caso Taula y no les han requerido sus escaños. La exalcaldesa ni tiene cargos orgánicos, ni se encuentra imputada.

Y que nadie se lleve a engaño ni tergiverse mi reflexión, yo defendí la línea roja de Alberto Fabra cuando éramos bien pocos los que lo hacíamos. Y lo sigo haciendo. Así es la vida