Economía

España en el Índice de Libertad

La Razón
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Hace unas semanas, el prestigioso centro de pensamiento estadounidense, Cato Institute, publicó su edición anual, correspondiente al ejercicio de 2017, del Índice de Libertad Humana. A diferencia de otros índices similares, como el de Libertad Económica elaborado por la Heritage Foundation en colaboración con el «Wall Street Journal», el ranking confeccionado por el Cato realiza una combinación entre la medición de la libertad económica de cada país con la de su libertad civil: en otras palabras, no trata únicamente de analizar qué países gozan de un mercado libre desde un punto de vista aislado, sino también de qué sociedades disfrutan de un entramado institucional más respetuoso con todas las dimensiones de la libertad. En este sentido, uno de los resultados más relevantes del ranking es que a mayor libertad humana, más prosperidad económica. En particular, el 20% de los países más libres del planeta goza de una renta per cápita promedio de casi 40.000 dólares internacionales. En cambio, el 20% de los países menos libres, apenas alcanza los 10.000 dólares.

Tanto es así que basta con prestar atención a qué estados encabezan la lista para evidenciar que la libertad va directamente de la mano de la prosperidad y que, por el contrario, la represión estatal está ligada a la pobreza: así, las cinco sociedades más libres del mundo son países tan enormemente prósperos como Suiza, Hong Kong, Nueva Zelanda, Irlanda y Australia; en cambio, las cinco sociedades menos libres del orbe son países tan misérrimos como Egipto, Yemen, Libia, Venezuela y Siria. ¿Qué posición ocupa España? La posición 30, por debajo de Portugal, Malta o Chipre.

No se trata, ni mucho menos, de una mala ubicación –sobre todo como antídoto a toda la ensordecedora propaganda populista interna que pretende equiparar a España con un Estado radicalmente dictatorial y liberticida–, pero sí de una ubicación que deberíamos preocuparnos por mejorar mucho. A la postre, a mayor libertad, más bienestar.

Al respecto, ¿cuáles son los aspectos que, de acuerdo con este Índice de Libertad Humana, deberíamos preocuparnos por modificar? Hablemos primero de lo que no es imprescindible modificar de manera muy sustancial por cuanto ya está funcionando cuasi óptimamente: la seguridad (donde obtenemos un 9,6 sobre 10), la libertad de movimientos (un 10), la libertad de asociación (un 9), la libertad de expresión (un 9,2), la libertad afectiva (un 9,3), la libertad religiosa (un 8,8) y la salud monetaria (un 9,8). Refirámonos ahora a los campos en los que sí debemos cambiar de manera notoria: el exceso de regulaciones, especialmente empresariales y laborales (un 7,3); la protección legal y judicial de la propiedad privada (apenas un 6,8) y, sobre todo, el desproporcionado tamaño del Estado (donde únicamente logramos un 5,7), esto es, estamos cerca del suspenso.

O dicho con otras palabras: España necesita de más imperio y simplicidad de la ley (para salvaguardar las libertades económicas frente a cualquier abuso, en especial el que ejercen nuestros políticos) y mucha menos sangría tributaria de las Administraciones Públicas. Desregular y achicar el presupuesto público: si de verdad nos pusiéramos manos a la obra con tan importantísima tarea, nos colocaríamos a la cabeza del ranking citado, esto es, a la cabeza de la libertad y de la prosperidad a nivel global.