Rosetta Forner

Estudia que algo queda

Estudia que algo queda
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El cerebro es una caja que puede convertirse en mágica, en un desastre, o en una máquina de destrucción dependiendo del «relleno» que se le ponga –lo aprendí en PNL: Programación Neuro Lingüística (soy «coach» PNL)-. Puesto que viene con «dones y talentos», y toda una serie de capacidades listas para ser usadas.

No obstante, si luego no lo alimentamos convenientemente, puede quedarse en un mero «quiero y no puedo», o en un «no alcanzo». Mientras la inteligencia natural es un don que no se consigue en escuela alguna –viene con uno al nacer. Por eso existen personas inquietas que crearon de la nada, inventaron, absorbieron el mundo –y luego lo contaron–, hay quienes se han esforzado y estudiado, usando sus cerebros para pensar y lograr avances que sirvan para todos.

A los jóvenes les han hecho creer que basta con mover el «ratón» (el del ordenador) y escribir en el «buscador» lo que se desea saber. Consecuentemente, ¿para qué hacer el esfuerzo de estudiar? La pasión por aprender debe inculcarse desde pequeños.

Quizá debamos reenfocar el método y estilo educacional, pasando del «sacar notas» al «aprender». Motivación y aprendizaje son fundamentales. Menos exámenes y más fomentar el alimentar la mente con buen material. Los títulos sirven para conseguir «puestos oficiales», mientras que los conocimientos son lo verdaderamente útil y los que resuelven problemas.

Si la pedagogía usara el cerebro y pasase por el taller de la reinvención, le saldrían nuevos modelos. Dado que no todas las personas aprenden igual: a personas diferentes, estilos diversos. Estudiar o abandonar, no debería ser la cuestión. El que «abandona» nunca sabrá cómo podría haber sido de haber continuado, pues el triunfo suele venir después de las dificultades.

Uno de los valiosos «metaaprendizajes» (el aprendizaje dentro del aprendizaje) es, que mientras se estudia una materia, se aprende constancia, esfuerzo, perseverancia; se fortalece la metodología (se crean rutinas sistematizadas), y se usan la creatividad, la inventiva y el análisis.

La pasión por el saber debería acompañarnos toda la vida: la más fascinante de las escuelas.