Julián García Candau

Milagro nazarí

Toño, guardameta del Granada, se pasó medio partido sin tener que hacer una parada extraordinaria. Cristiano Ronaldo lanzó dos libres directos con el habitual resultado. Tuvo mayor desgracia todavía en su portería cuando en el saque de esquina de Nolito peinó el balón y batió a Diego López. La primera noticia del partido fue la presencia de Diego López en la portería. Su llegada para ocupar la plaza de Casillas ha significado la condena de Antonio Adán, jugador a quien Mourinho hizo creer que podía relevar al capitán.

El Real Madrid sin Özil es menos Madrid. El centrocampista alemán es capaz de inventar una jugada de gol. Se le acusa de que no suele aguantar a pleno ritmo los noventa minutos y los datos apuntan a que a medio gas es capaz de crear lo que no hacen otros en plan estajanovista.

Datos son también los estadísticos, que reflejan el hecho de que los milagros ocurren cada diez años. El Granada es el segundo conjunto menos goleador de la Liga y de ahí las dificultades que tiene para ganar partidos y huir de la zona de peligro. La desgraciada acción de Cristiano puso en el ambiente la ilusión de que la proporción estadística de la milagrería se iba a romper. Y así fue. Se defendió con orden y salvo en los últimos instantes no puso en peligro la victoria.

El Madrid tuvo más presencia en la segunda mitad cuando entró en acción Cristiano Ronaldo y salió de Los Cármenes con la misma imagen gris de esta temporada: fútbol poco elaborado y sin dar sensación de superioridad ante un adversario que era víctima propiciatoria.