Quero, todo un personaje

La gangrena atenaza al PSOE y quien intentaba liderar un movimiento interno de cambio, renovación y regeneración en el partido, Antonio Quero, está afectado –presuntamente, eso sí– de los peores síntomas, tan generalizados en la política española: malversación de fondos, gastos injustificados... Quien pronuncia conferencias por doquier sobre ética, buena gestión y demás virtudes que deberían ornar la actividad pública ha podido ser arquetipo de corrupción y abuso –presuntamente, eso sí– de la confianza que en él se ha depositado en su vida profesional. Se confirma, una vez más, que la realidad supera a la ficción.

Su paso por el manejo de las finanzas del Partido Socialista en Europa ha dejado reguero, como se refería «El Caso» al surco que marcaba la sangre de los crímenes más crueles. Lo peor es que su larga mano, según la rumorología, todavía se extiende actualmente en la aplicación de la caja de la organización, a pesar de que la Ejecutiva Federal de Rubalcaba lo ha expulsado cautelarmente con la correspondiente apertura de expediente. De nuevo, un escándalo emerge en el seno de un partido, otro en el ámbito socialista, sin que se conozcan las consecuencias. Conviene tener en cuenta que el tal Quero ha ejercido de estrecho colaborador de Joaquín Almunia como comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios.

Hace falta tener morro para postularse como secretario general del PSOE con semejantes antecedentes –presuntamente, eso sí– sin pudor alguno como «salvador del PSOE y de la política», según sus propias palabras al referirse a la plataforma «Factoría Democrática», rehabilitación de la deteriorada imagen que hoy tiene en España la clase política. Vivir para ver. Así es la vida.