Sin Perdón

La Corona y el valor de la Constitución

«Los españoles nos tenemos que sentir muy orgullosos de nuestra Constitución»

El Rey ha dedicado su discurso de Navidad a la Constitución, con un arranque inicial referido a «las dificultades económicas y sociales que afectan a la vida diaria de muchos españoles». Tras las elecciones generales y el clima de confrontación que se ha instalado en la política española, resulta muy conveniente reivindicar el valor de nuestra Carta Magna. Hay que poner en contexto que son los socios de coalición y los aliados parlamentarios de Sánchez quienes la cuestionan o quieren, directamente, acabar con ella. Desde hace años recibe ataques de esas formaciones, porque es un muro que les impide alcanzar sus objetivos. La realidad es que ha sido un instrumento de concordia y progreso. Ha permitido que los diferentes gobiernos hayan podido aplicar sus programas sin ninguna dificultad. Es verdad que no tienen cabida los planes rupturistas de los independentistas, los antisistema o los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA. No es tampoco el marco adecuado para que florezca la decadente izquierda radical y populista del Grupo de Puebla. Es una Constitución que encaja perfectamente en el marco de progreso y respeto de los derechos y las libertades de la Unión Europea.

A diferencia de otros textos del constitucionalismo español, con la excepción de 1876, fue el resultado de un amplio consenso y un esfuerzo encomiable en la elaboración que muestra la capacitación de los constituyentes. El resto, incluida la mitificada Constitución de 1931, fueron el resultado del programa político de los grupos que la elaboraron e impusieron como sucedió en 1812, 1837, 1845 y 1869. El Estatuto Real de 1834 fue poco más que una convocatoria de Cortes y Bayona fue una Carta Otorgada por Napoleón. No entiendo que se la incluyan en la relación de Constituciones o que se denomine rey de España a José Bonaparte. Hace poco un buen amigo me regaló un busto de Felipe VI que incluía la relación de reyes y le pedí al escultor que no incluyera a José Bonaparte. Los españoles nos tenemos que sentir muy orgullosos de nuestra Constitución y tenemos que reivindicar su plena vigencia. Una vez más, el Rey acertó con los mensajes de su discurso.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)