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Cuentos y cuentas de Sánchez y Tezanos y otros rumores
Rumores y cábalas alimentan la hipótesis de adelanto electoral en otoño si se cruza con soltura el Rubicón europeo y si el presidente cree que puede salir airoso de otra convocatoria electoral
Juan Benet (1927-1993), uno de los grandes –de verdad– novelistas españoles del siglo XX, escribe en «Volverás a Región», que «vivimos del rumor y nos alimentamos de cábalas». Josep Pla (1897-1981), en 1934, advertía a sus lectores de La Veu de Catalunya de que «Madrid está saturado de rumores». Ahora añadiría que ocurre lo mismo en Barcelona, a la espera de las elecciones europeas para que se alumbre ¿o no, que diría Rajoy? un Gobierno de la Generalitat. Salvador Illa tiene todas las papeletas para conseguirlo, pero «nada está escrito». Las cábalas las alimenta el escenario en el que intenta gobernar Pedro Sánchez, tropiezos parlamentarios incluidos. Hay pocos precedentes de que un Gobierno elabore un proyecto de ley –como el del suelo– y lo retire antes de presentarlo en el Parlamento porque miembros de ese mismo Gobierno y sus diputados pensaban votar en contra. El inquilino de La Moncloa ha logrado centrar la algarabía alrededor del extravagante Javier Milei, con una reacción desaforada a sus improperios. Importa, pero no es esencial. El rechazo a la ley anti-proxenetas dolía más en La Moncloa porque aireaba que todo está pillado con alfileres y al albur, cambiante, de sus poco fiables socios.
Sánchez, jugador de órdago, apuesta fuerte a los comicios europeos. Tezanos, como siempre, le ha hecho unas cuentas favorables, pero el distrito único en esas elecciones, beneficia al PSOE. También el que hasta hace poco existiera la idea, el rumor, de que el PP de Feijóo arrasaría el 9 de junio. Tras los resultados en Cataluña es menos claro y para el inquilino de La Moncloa hasta casi un empate sería un éxito. Las urnas europeas al margen, el problema de Sánchez es interno. Las probabilidades de alumbrar unos Presupuestos este año son ínfimas. Por eso, rumores y cábalas alimentan la hipótesis de adelanto electoral en otoño si se cruza con soltura el Rubicón europeo y si el presidente cree que puede salir airoso de otra convocatoria electoral. Al fin y al cabo, solo le faltan siete escaños, barruntan en La Moncloa, en donde afirman que el reconocimiento de Palestina les da votos. Eso sí, Sánchez, con esa decisión, ha hundido su figura internacional y se ha despedido de cualquier cargo europeo. Por eso, tendría otro aliciente para llamar a rebato en España. Todo sin olvidar que, tras aprobar la amnistía, también puede recordarle a Puigdemont que estará pendiente de lo que diga el Constitucional y, claro, nunca se sabe. «Fue la ambigüedad la que nos trajo aquí (...), el presente ya pasó y solo el futuro, lo que nos queda, es lo que ya ha sido» escribía en «Volverás a Región» Benet.
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