Sin Perdón
El culebrón sanchista en Badajoz
«Hay que respetar la presunción de inocencia, pero algo huele muy mal en el PSOE extremeño»
Menudo espectáculo ha montado el líder del PSOE en Extremadura para conseguir una ventaja judicial en el caso que afecta al hermano de Sánchez. Gallardo es uno de esos ilustres desconocidos que consigue una baronía territorial trepando en la estructura del partido. No importa la formación, la experiencia o la eficacia. He llegado a la conclusión de que estos factores penalizan para hacer carrera en el PSOE. No hay más que ver la trayectoria de este personaje. Lo más destacado es que era operario de producción en una empresa extremeña y lo más importante es que es un listillo que consiguió ser secretario del PSOE en Villanueva de la Serena y luego su alcalde. El sistema partitocrático le llevó a la presidencia de la Diputación y, finalmente, consiguió liderar el partido en contra de la voluntad de Sánchez. Es una paradoja curiosa, porque fue el máximo valedor y padrino de su hermano. Es cierto que en el sanchismo todo es efímero, ya que depende de los caprichos y las arbitrariedades del inquilino de La Moncloa.
A Gallardo solo le interesaba conseguir un blindaje judicial y forzó varias renuncias para conseguir un escaño en la Asamblea. No hay un caso igual en España. Eso del aforamiento queda muy feo, aunque la Justicia sigue su ritmo y solo consigue una ventaja temporal con esta chapuza. Por supuesto, ahora sabemos que mintió cuando aseguró que lo hacía para que termine el proceso de instrucción y resulta que solo persigue su interés personal. Al PP le importa muy poco que esté o deje de estar en la Asamblea, porque no genera ninguna inquietud en María Guardiola. Creo que le resulta más útil, incluso, que participe en las sesiones de control, porque su credibilidad es inexistente con el hermano en el banquillo acusado de prevaricación y tráfico de influencias. No parece que sea un aval para su gestión clientelar al frente de la diputación. La situación en que está inmerso el PSOE es esperpéntica, porque muestra que Gallardo es un cacique. No he conseguido entender o descubrir los méritos musicales para que se creara esa plaza ad hoc y por qué en Badajoz. Hay que respetar la presunción de inocencia, pero algo huele muy mal en el PSOE extremeño.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)