Insensateces

Decorar

En la Columnata de Bernini, el Santo Padre organizó una cena de gala para 150 sin techo de los que duermen habitualmente en los soportales del Vaticano

A estas alturas del mes, ya estamos llegando tarde. Ya saben Vds. que, en Venezuela, aproximadamente a finales de octubre, hay que decorar la casa de Navidad. Hay que decorarla y lo más recargada posible, sin escatimar en adornos y guirnaldas y espumillón y bolas de todos los colores. Y escuchar gaitas y comer dulces y que dure todo lo que se pueda la Navidad. También es verdad de que eso se aprovecha Maduro para poner en barbecho, una vez más, los intentos de democratizar el país para dejarlo sumido en una larga fiesta. A todos los venezolanos que viven en España, una Feliz Navidad. Pero a la gente de aquí, repito: si Vds. no han decorado la casa este fin de semana tan largo, tan puente, es que no son Vds. decentes.

En mi kelo ya se ha puesto la bola, LA BOLA, una, con el nombre de mi perro; un Papa Noel en la puerta de entrada colgado del tirador, otro de la tele; cinco pinzas con cinco Santa Claus en el cuello de un flexo y un arbolito de madera pequeñico donde pone «lo mejor de la Navidad son la familia y los amigos». Y ya. Miren que soy de los Tres Reyes Magos a jierro, pero en los chinos no hay manera de encontrarlos.

En casa de mi madre, sin embargo, lo que se pone es Belén. Yo le compré a mi madre el Belén de Mingote y, como todos los personajes tienen la misma cara y la misma sonrisa, ella es incapaz de distinguir a cada uno pero, lo importante es que aún no ha confundido al Niño. Así que, mientras en las casas se trabaja eso tan bonito que es preparar lo que, sin dudarlo, se convierte en un curso para reforzarnos en familia, para comprender que no hay otro lugar donde se alivie más el dolor y más se dé forma a la alegría, el Papa Francisco, anoche, preparaba la suya. En la Columnata de Bernini, el Santo Padre organizó una cena de gala para 150 sin techo de los que duermen habitualmente en los soportales del Vaticano. Mesas decoradas, grupo de ópera cantando La Traviata, manteles y servilletas de tela y regalos para cada uno. Si eso no es Navidad, que venga Dios, que vendrá.