Insensateces

Dos mujeres

Dejen a las mujeres con sus tiempos, posibilidades, dejen de presionarlas con el puñetero reloj biológico.

Dos mujeres, dos. La primera es Elsa Pataky. A su esposo le han concedido una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Chris Hemsworth, en España «el marido de la Pataky», dedicó parte de su discurso de agradecimiento a su mujer, a la que quiso agradecer su compañía durante toda su carrera, su apoyo, sus ánimos sin cesar. Y añadió estar en deuda con ella por «dejar de lado sus propios sueños para apoyar los míos».

Inmediatamente, el ejército de haters de guardia, ha salido a los medios para criticar lo que creen que se desliza de ese agradecimiento: que ella tuvo que sacrificarse y quedarse en casa sin lograr sus propósitos ni continuar con sus anhelos y que ese no es un buen hombre para ella por darle las gracias por sus renuncias ni ella una mujer con lo que hay que tener para colocar sus deseos por delante. Yo me pregunto a veces si esto de la sororidad lo hemos entendido correctamente porque, da la sensación, de que nuestro apoyo mutuo, el femenino, sólo depende de si entra una en el molde de la otra y viceversa. De lo contrario, de no encajar a la perfección, pisoteamos la hermandad con una ligereza pasmosa. Servidora es tan partidaria de que las mujeres cumplamos nuestros sueños que ni un hombrecito tiene al lado, pero si Elsa Pataky o cualquier otra tipa decide libremente acompañar a un señor en sus cosas y amoldarse a ese camino, me parece innecesario darle lecciones de nada a nadie. Porque yo pienso y quiero creer que la actriz ha hecho las cosas así porque le ha dado la gana, consciente de que gana mucho más, quién sabe, quizás, de esa manera. O le compensa, o le mola esperar a su marido cuidando de sus hijos, qué se yo. Es su vida, y debe vivirla como quiera.

Y dos. Tamara Falcó. Sin nada en común con esta mujer, dejen de presionarla sobre su maternidad. Dejen a las mujeres con sus tiempos, posibilidades, dejen de presionarlas con el puñetero reloj biológico y, sobre todo y mucho más, dejen en paz a aquellas que lo desean fervientemente. Que ya no es mala educación, es que hay gente imbécil.