Medidas económicas

La recuperación toma impulso

El ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció ayer en el marco del Ecofin que prevé para este 2014 un crecimiento del PIB del 1%, tres décimas por encima de las actuales previsiones del propio Gobierno. La revisión al alza se confirmará el próximo mes de abril, cuando se presente a la Comisión Europea el plan de estabilidad para este ejercicio. El ministro explica la mejora en las perspectivas económicas de nuestro país, en que, a diferencia de 2013, el año ha comenzado con la inercia positiva de la recuperación. Se trata de una excelente noticia, por cuanto supondría la creación de empleo neto, que sigue siendo la gran asignatura pendiente de la economía española desde que estallara la crisis. Por supuesto, nada de esto se ha producido por casualidad ni por la intervención salvífica de factores externos. Si España va a mejor, y todos los indicadores así lo confirman, es porque se ha conseguido reconducir el desordenado gasto público, se ha incrementado la productividad y se ha recuperado la confianza de los mercados internacionales que, es preciso recordarlo, no nos lo pusieron nada fácil con su apuesta, afortunadamente fallida, a favor de que tendríamos que ser rescatados. En efecto, el panorama se despeja también en otros aspectos y todo indica que se va a cumplir sin agobios con la previsión del déficit para 2013 –el 6,5% del PIB–, gracias a la mejora de la recaudación, consecuencia de la incipiente recuperación del consumo interno y la demanda doméstica. Pero también gracias a la confianza recobrada de los mercados, con una reducción muy importante de la prima de riesgo, que ha supuesto pagar 8.800 millones de euros menos en intereses de la deuda. Asimismo, lo que es muy significativo, el déficit estructural, el que no depende de la evolución cíclica de la economía, ha vuelto a niveles de antes de la crisis, tal y como reveló ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Si el diagnóstico y la terapia están siendo eficaces, conviene mantener el tratamiento. Por lo tanto, se debe seguir profundizando en el recorte del gasto público –el conjunto de los ayuntamientos españoles ha conseguido cerrar con superávit en 2013–, incidiendo tanto en las comunidades autónomas como en la Administración del Estado. Se trata de una cuestión básica para abordar la reducción de la carga fiscal, especialmente a las clases medias, si se pretende relanzar el consumo interno y la demanda de bienes y servicios, con lo que se acelerará la recuperación del empleo. Una vez que comienzan a darse las condiciones económicas adecuadas, que se ha salido del «borde del colapso», en expresión gráfica de Luis de Guindos, ha llegado el momento de aplicar las recetas de política económica que figuraban en el programa del Partido Popular, que siempre han dado buen resultado.