Màxim Huerta

Màxim Huerta, una dimisión acertada

La Razón
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Una semana después del anunció de su nombramiento como ministro de Cultura y Deportes, Màxim Huerta presentó ayer su dimisión. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le retiró la confianza después de que trascendiese que usó una empresa para defraudar a Hacienda 256.778 euros en los ejercicios de 2006, 2007 y 2008, según sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El exministro creó una sociedad cuyo fin era recibir los pagos como periodista, lo que le permitía tributar por el impuesto de sociedades (25%) y no por IRPF (tipo del 48%). Huerta se justificó diciendo que era una práctica legal en su momento y común en muchos profesionales, especialmente del mundo de la cultura. Insistió en esta referencia, tal vez demasiado, dejando volar la idea de que todos los «creadores» se movían en esos estándares salariares y que defraudar era una práctica habitual entre ellos, cuando la Agencia Tributaria descubrió que sólo una tercera parte de lo declarado, incluido una casa en la costa alicantina, estaba relacionado con su trabajo de periodista. Sobró sus referencias a una «jauría» que ha acabado con su efímera carrera ministerial, sino su incumplimiento con Hacienda. Sánchez no podía arrancar su Gobierno con un lastre tan pesado.