La entrevista

Dice Felipe González, el histórico dirigente del PSOE, que Pedro Sánchez no tiene un proyecto nacional. No es un gran descubrimiento. Hace tiempo que lo sabíamos. El actual presidente del Gobierno ha dado abundantes pruebas de ello y sigue confirmándolo día a día en sus tratos interesados con los soberanistas vascos y catalanes y su maridaje con la extrema izquierda. Pero es importante que alguien como FG, con su experiencia política y su autoridad moral dentro de la izquierda, lo denuncie públicamente. Lo ha hecho en una larga conversación con Juan Luis Cebrián en «The Objective», primera de una serie que se dispone a llevar a cabo el primer director de «El País» con personajes relevantes de la vida nacional. Pocos conocen mejor que González y Cebrián los entresijos de lo que ha pasado aquí desde antes de la muerte de Franco a nuestros días. De ahí el especial interés que ha despertado esta entrevista. Tanto uno como otro reniegan claramente del sanchismo y de su principal terminal mediática.

La entrevista ha provocado la airada reacción de los actuales dirigentes del Grupo Prisa, que han borrado fulminantemente de la mancheta de «El País» a Juan Luis Cebrián como presidente de honor del periódico fundado y dirigido por él. Una crisis llamativa y significativa. Hacía tiempo que los artículos de Cebrián desentonaban abiertamente con la línea política del periódico. No era el único. Otras firmas notables se han visto borradas de este medio que, como me dijo un día Vázquez Montalbán almorzando en la Feria del Libro de Francfurt , llegó a ser «la plaza pública» de España. En «The Objective» han encontrado acogida, además de Juan Luis Cebrián, Antonio Caño, que también fue excelente director de «El País» y que salió por pies, Fernando Savater, Félix de Azúa y otros. Se confirma que lo más granado del mundo intelectual repudia ya al sanchismo y a sus sostenedores.

En esta entrevista, que marca un antes y un después, Felipe González repasa la trayectoria del PSOE desde Suresnes hasta hoy, y no oculta su preocupación por la deriva del partido. Hace memoria de los titánicos esfuerzos de toda la clase política, desde Carrillo a Fraga, hasta lograr la reconciliación nacional: su propia renuncia al marxismo, los Pactos de la Moncloa, la amnistía, el eurocomunismo, la Constitución de la concordia… Todo aquel esfuerzo histórico, que condujo a una España moderna y reconciliada, está ahora amenazado por la política de Pedro Sánchez, que fomenta la discordia y el enfrentamiento –reaparecen las sombras del Frente Popular y la CEDA– y que carece de un proyecto nacional.