Al portador

La farsa más tediosa y el rey del barro

La legislatura será muy complicada, pero el líder del PSOE es como el rey del barro, un virtuoso de jugar en el terreno político embarrado

Aldous Huxley (1894-1963), escritor y pensador británico, famoso sobre todo por su distopía «Un mundo feliz», una visión pesimista del futuro, pensaba que «en la vida real, la farsa existe únicamente para los espectadores, nunca para los actores». En la España de la vuelta al «cole» de los pequeños y mayores, por sobre una dana sobrevenida, los espectadores son los ciudadanos y los actores, los políticos, mientras sube el paro y baja el empleo. Todavía falta mes y medio, si las filtraciones interesadas son ciertas, para que Pedro Sánchez vuelva a ser investido presidente y comience de verdad otra legislatura incierta, pero que podría durar más de lo que la mayoría pronostica. Todo está decidido, excepto el precio que pagará el líder del PSOE –y de rebote la mayoría de españoles– por el apoyo de «indepes» y nacionalistas de toda clase y condición. Los catalanes, que ya dan por conseguida una amnistía, que la ex-vice Carmen Calvo veía inconstitucional, pero que el Tribunal Constitucional, con Conde-Pumpido al frente hará constitucional, gracias a una interpretación ultraflexible del derecho.

Junqueras, para no quedarse atrás con Puigdemont, al que Yolanda Díaz ha ido a dorarle la píldora, dice que la amnistía es solo el principio y que luego tiene que venir la autodeterminación o, al menos, un referéndum, que ya se verá cómo se hace legal. Cuentan también que el prófugo de Waterloo, sueña con un cara a cara con Sánchez, aunque es probable que ceda en eso. Íñigo Urkullu, desde la sutileza jesuítica recurre a la «ley vieja», del Antiguo Régimen, para achicar el agua que hace Bildu en sus votantes. El lehendakari enarbola la plurinacionalidad y sugiere algo así como el Reino Unido –por ahora– de España, Euskadi, Cataluña y Galicia, con más ventajas y derechos para los tres últimos territorios. Es también inconstitucional, pero ante las dificultades de cambiar la Constitución, en el entorno sanchista avanza la idea de un referéndum –sería legal– para que los españoles pidan esa reforma. Trabajo a destajo para los expertos legales de Pedro Sánchez. La legislatura será muy complicada, pero el líder del PSOE es como el rey del barro, un virtuoso de jugar en el terreno político embarrado, que es donde mejor aprovecha sus habilidades. Por eso, la legislatura, por muy enrevesada que sea, puede alargarse. Mientras y hasta la investidura de Sánchez, que está decidida, sigue, cada vez más tediosa, la farsa, que «existe para los espectadores», –los ciudadanos– «nunca para los actores», –políticos– como apunta la paráfrasis de Huxley.