«De Bellum luce»

Feijóo y lo que el PP quiere ser de mayor

Pasará esta semana, y Feijóo tendrá que elegir cuál es su relación a largo plazo con Vox

En este Congreso de los Diputados Alberto Núñez Feijóo no puede ser elegido presidente del Gobierno. Incluso, aunque pudiera, no le compensaría porque tendría que sobrevivir toda la Legislatura sometido a la presión de Vox para cualquier movimiento parlamentario y en una situación de permanente minoría frente a una oposición echada al monte y dispuesta a volver a incendiar la calle. Ahora bien, Feijóo tiene derecho a someterse a una sesión de investidura y presentar su programa y su alternativa frente a una alianza de izquierdas con los independentistas en la que el PSOE ha renunciado a sus esencias para únicamente servir a la ambición de Pedro Sánchez por mantenerse en el poder.

Todos los socialistas caídos, que responsabilizan a su líder de sus desgracias, callan hoy sólo porque temen a Sánchez. Le ven como un Dios implacable, omnipotente y tirano, que echará sobre ellos todas las maldiciones conocidas para evitar que nadie se cruce en su camino.

El PSOE tiene por delante su camino al infierno, sobre todo en el caso de que Puigdemont se dé por satisfecho en el chantaje y suelte la cuerda a Sánchez para que pase el trance de la investidura. Pero también el PP tiene que tomar decisiones estratégicas de calado. En la pasada campaña electoral les faltó valentía para enfrentarse a Vox, y hoy no todos, pero sí algunos de sus principales dirigentes, son conscientes de que lo que les falló para cumplir las expectativas fue justo esto, plantar cara con más firmeza a un partido que no se cuidó a sí mismo con su estrategia y que les penalizó en su objetivo de sumar una mayoría transversal que permitiera a Feijóo relevar al Gobierno de coalición.

Pasará esta semana, y Feijóo tendrá que elegir cuál es su relación a largo plazo con Vox. No lo dirán, pero hoy también ya saben que con el partido de Abascal como satélite, el PP tiene muy difícil, por no decir imposible, volver al Gobierno de España. Vox es la causa de que no haya transversalidad posible, y de que en el Parlamento no haya ningún otro partido, y miro al PNV, dispuesto a casarse con sus siglas. Cuando pase el examen de esta semana, Feijóo tendrá que decidir si opta por el modelo de Sánchez con Podemos, el de hacerse pasar por ellos, o hace frente a los mantras populistas de Vox para volver a aglutinar a todo el centro derecha alrededor de las siglas del PP. Ahí se decide el futuro de la derecha.