Eleuteria

Feijóo, Sánchez y la mentira

Pretender que Pedro Sánchez fue un adalid del rigor y de la verdad durante el debate es completamente absurdo

Dice María Jesús Montero, todavía ministra de Hacienda del Gobierno de España, que la mentira inhabilita a Feijóo para ser presidente del Gobierno. En realidad, si la mentira fuera una tacha inhabilitante para acceder a tan alta responsabilidad, ningún político podría convertirse en presidente: pues la mentira es consustancial a la actividad política. Pero, dejando de lado esta apreciación más general sobre la naturaleza de lo político, el argumentario del PSOE para justificar el fiasco de Pedro Sánchez en su cara a cara con Feijóo está rozando lo patético. Ciertamente, Feijóo mintió en varias ocasiones o soltó algunas medidas verdades: por ejemplo, el número de autónomos sólo cae según la EPA pero no según el Ministerio de Trabajo; el número de horas trabajadas solo cae según Contabilidad Nacional pero no según la EPA; la mayoría de estudios no avalan que la excepción ibérica haya encarecido el precio de la electricidad (aunque sí tiene otros problemas de largo plazo), etc.

Ahora bien, pretender que Pedro Sánchez fue un adalid del rigor y de la verdad durante el debate es completamente absurdo: primero, el socialista se inventó que durante su gobierno se habían creado dos millones de empleos, cuando desde mediados de 2018 sólo se han incrementado en 1,1 millones; segundo, Sánchez también negó que España hubiese tardado en recuperar su PIB pre-pandemia hasta el primer trimestre de 2023, cuando eso es exactamente así según el INE y Eurostat; tercero, el presidente del Gobierno también aseguró que la inflación solo comenzó a dispararse en España a partir de la guerra en Ucrania y que, de hecho, en 2021 el IPC apenas se incrementó un 2%, cuando en realidad la inflación empezó a dispararse en marzo de 2021 y registró en diciembre la marca del 6,5%; cuarto, Sánchez también negó que Zapatero (y él mismo como diputado) hubiese congelado las pensiones en 2010, cuando evidentemente fue así (salvo para los extremadamente desmemoriados); y quinto, Sánchez también negó que hubiese acordado con la Unión Europea la introducción de peajes a partir de 2024, cuando ése es uno de los compromisos que aparecen en el Plan de Recuperación, transformación y resiliencia.

Y éstas fueron sólo algunas de las mentiras sólo en el bloque económico. Sánchez recurrió tanto o más a la mentira como Feijóo: pero perdió.