Sin Perdón

La futura tierra calcinada de Sánchez

«La decisión del PSOE de abandonar la centralidad hace que la política discurra sobre arenas movedizas»

No hay duda de que la legislatura será muy complicada, a pesar del optimismo de un Sánchez erigido en el baluarte ante un imaginario fascismo europeo. Es bastante evidente que se siente más cómodo haciendo soflamas junto a Scholz que ejerciendo de prestidigitador en España. La estrategia de tierra quemada solo resulta útil, como demuestra la Historia Militar, si luego se puede realizar una ofensiva que le conduzca a la victoria. En caso contrario, solo queda la tierra calcinada. Esta legislatura comienza con un abrumador número de cesiones que tendrán un coste enorme en todos los terrenos. No harán más que fortalecer el muro que quiere construir el sanchismo como sucedió en el pasado con el 11-M, el Pacto del Tinell, los casos de lawfare socialista, las campañas de estigmatización contra el PP o las mentiras para construir el miedo a la ultraderecha. La decisión de abandonar la centralidad, que había caracterizado al PSOE en algunos momentos de nuestra historia reciente, hace que la tierra no sea firme y la política discurra entre arenas movedizas.

El radicalismo caracterizaba a Iglesias, pero al final resulta que los dos tienen más puntos en común de lo que cabía suponer. Un importante dirigente del PSOE glosaba al canciller cubano las bondades del bipartidismo, pero este le contestó que «porque todavía no han descubierto las ventajas del partido único». El autoritarismo democrático es su versión adaptada en la UE. He de reconocer que soy muy optimista y tengo la profunda convicción de que los ataques al Estado de Derecho, sustentados en la aplicación abusiva de la soberanía popular, conducen al fracaso. No existen las condiciones para conseguirlo. No hay más que ver el giro que se está produciendo en Iberoamérica y la llegada de Milei al poder. Los amigos peronistas de Sánchez han fracasado. No habrá que esperar demasiado para que otros vayan cayendo, así como que las elecciones europeas ofrezcan una clara y contundente victoria del centro derecha. La tierra quemada no conduce a una tierra firme, sino calcinada. Lo importante es que ni siquiera el populismo consigue acabar con la democracia, la separación de poderes y el Estado de Derecho.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).