El trípode
«Gobernar no es legislar o tener presupuestos»
Con la crisis diplomática con Venezuela, provocada por la falta de claridad del gobierno de coalición «progresista» ante la dictadura de Maduro, no faltan titulares de prensa destacando entre ellos, los de Yolanda Diaz
Con la crisis diplomática con Venezuela de fondo, provocada por la falta de claridad y firmeza del gobierno de coalición «progresista» ante la dictadura y el fraude electoral de Maduro, no faltan titulares de prensa destacando entre ellos, los de la vicepresidenta Yolanda Diaz: «gobernar no solo es legislar». Una manera distinta de decir lo mismo que dijo Sánchez sobre estar dispuesto a «gobernar sin el poder legislativo». Es decir, que España con este gobierno habría dejado de ser una democracia parlamentaria, al menos tal y como entendemos por una democracia en Occidente. Lo que no hace sino confirmar algo ya sabido; que el espacio político que representaba, integrado por una diversa y plural «Suma» de siglas, –en caída libre en todas las encuestas y elecciones– y socio de la «progresista» coalición de gobierno del PSOE sanchista, tiene entre sí y en común, el comunismo político marxista. Que obviamente es más afín a la democracia popular que a la parlamentaria, y que tiene en la vicepresidenta Yolanda a una admiradora del régimen chavista de Maduro, lo que a su pesar, debe compartir con su exsocio Podemos, otro «progresista» aliado. En su entrevista en el diario de referencia del «progresismo oficial» no habla de Venezuela y su admirado Maduro porque no le preguntan por ello, lo que no deja de ser curioso entre tanta progresía, pero deja otro titular: «Gobernar no es resistir». Aunque sería mejor que aclarara cómo se gobierna en una democracia parlamentaria sin presupuestos y sin poder legislar, a lo que ella responde que «hay gobierno para rato y sin duda alguna, porque gobernar no es solo legislar». Lo dicho: una democracia no parlamentaria. Si le añadimos aquello de «¿de quién depende la fiscalía, pues eso», y que se suprima la acción popular como pide el actual Fiscal General del Estado, tendríamos una democracia no parlamentaria ni orgánica sino una democrática autocrática sanchista. Ante una España en el que una parte no menor de la sociedad parece sumida en el «síndrome de la rana», todo es posible. Mientras, Italia gobernada por la «ultraderechista» Meloni, reduce drásticamente la avalancha de la inmigración irregular –que movida por las mafias antes tuvo en Lesbos y después en Lampedusa sus destinos estratégicos como puntas de lanza para acceder al territorio de la UE– la «progresista» España ha tomado ahora en Canarias el relevo. La isla de El Hierro recibe diariamente cayucos que transportan menas y mayores de edad de los países que visitó Sánchez ofreciéndoles 250.000 puestos de trabajo. De los de Yolanda Díaz.
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