La situación
La incomodidad de Feijóo
«Feijóo ya no puede presumir de que hará en España lo que Mazón ha hecho en Valencia. Los paralelismos los carga el diablo»
Cuando Alberto Núñez Feijóo asumió el liderazgo del PP hace dos años y medio, los populares estaban en una pésima situación política. Pero en mayo de 2023, esa debilidad cambió drásticamente: el PP se hizo con buena parte de los gobiernos autonómicos y con muchos ayuntamientos importantes. Dos meses después, Feijóo ganó las elecciones generales, pero Pedro Sánchez se mantuvo en La Moncloa al humillarse a pactar hasta con Puigdemont.
Ese escenario -dominio del PP en los territorios, pero oposición en el ámbito nacional- forzó a Feijóo a establecer una estrategia a medio-largo plazo para convencer a más españoles, porque con los que le habían votado no tenía suficiente para alcanzar el poder. Y pensó que era buena idea prometer al país que un futuro presidente Feijóo gobernaría como lo hacen los presidentes autonómicos del PP. Ahora sabemos que poner su imagen en manos ajenas, aunque sean del mismo partido, fue una temeridad.
El líder de un partido que está en la oposición nunca manda tanto como un presidente autonómico. Feijóo lo sabe bien, porque él era presidente de la Xunta de Galicia en tiempos en los que Rajoy presidía el PP, pero no gobernaba. Y, siendo así, el líder nacional acaba salpicado por los errores de gestión que puedan cometer sus barones territoriales, aunque no sea responsable de ellos. Carlos Mazón es el último y más evidente ejemplo.
Mazón ya puso a Feijóo en una situación incomodísima después de las elecciones autonómicas de 2023, cuando en cuestión de pocas horas alcanzó un acuerdo con Vox, sin encomendarse a nadie, lo que forzó al líder nacional del partido a aceptar que los demás aspirantes a presidir comunidades autónomas hicieran lo mismo. Eso ocurrió justo antes de las elecciones generales de julio de 2023 y destrozó la campaña de Feijóo, al conceder a Sánchez la carta en la manga de situar a la extrema derecha en un hipotético gobierno del PP.
Ahora, con la gestión de la dana, Feijóo ya no puede presumir de que hará en España lo que Mazón ha hecho en Valencia. Los paralelismos los carga el diablo.