Sin Perdón
La Inquisición ni está ni se la espera
«La auténtica alerta es que el sanchismo y sus amigos sigan en el poder»
Estos días asisto asombrado a los excesos dialécticos de la izquierda política y mediática, que confirma su inquietud ante la derrota electoral. No hay mejor termómetro que escuchar a sus sesudos opinadores defender el sanchismo y sacar a pasear los espantajos habituales. Han llegado al extremo de alertar ante la ola reaccionaria y la censura. Los «intelectuales» sectarios, que viven muy bien a costa de las subvenciones estatales, provinciales y municipales, han elaborado un manifiesto animando al voto progresista. ¡Todo por la pasta! He de reconocer que siempre me ha gustado que los ricos de la cultura muestren su sensibilidad social y vivan a todo tren. Sánchez y Yolanda aún están a tiempo de emprender una campaña con el título de «apadrine a un pobre». Esto permitiría que directores, actores, periodistas, presentadores, escritores…. se hicieran una foto. En esta línea de exquisita objetividad que les caracteriza, las decisiones de cambiar la programación en algún pueblo o cancelar suscripciones de medios pancatalanistas, como ha sucedido en Burriana (Castellón), han causado un gran revuelo. El portavoz de Compromís, Vicent Granel, denunció «la llegada de la Inquisición». Esta afirmación es un insulto a la inteligencia teniendo en cuenta el fanatismo y sectarismo de su formación.
Hace unos días, el periódico gubernamental alertaba ante la oleada de cancelaciones, porque en cuatro pueblos habían cambiado la programación. Es una de las oleadas más famélicas que he conocido en mi vida. Por supuesto, nunca he leído o escuchado ninguna muestra de inquietud por la marginación sistemática y la censura contra obras, autores, actores y medios de comunicación que no son de izquierdas. La auténtica cancelación es la que hemos vivido de manos de los socios preferentes de Sánchez como los independentistas, los comunistas y los filoetarras. Es bueno recordar a Pablo Iglesias y sus acólitas. En cualquier caso, en todos los países gobernados por los partidos comunistas, que tanto gustan a la izquierda política y mediática, se ha perseguido y encarcelado a los intelectuales disidentes. Se ha prohibido cualquier obra contraria al régimen. La auténtica alerta es que el sanchismo y sus amigos sigan en el poder.
Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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