Moción de censura

Seguramente la idea canovista de que la política es el arte de lo posible no sea una verdad absoluta. Habrá que aceptar, sin embargo, que acierta en una abrumadora mayoría de los casos. Y por eso son muchos los políticos y periodistas que subrayan el error de Alberto Núñez Feijóo al proponer una moción de censura tan inviable como el escabeche en Europa de Teresa Ribera. No sé si Feijóo tendrá conciencia cierta del ridículo que ha hecho en este caso.

La única moción de censura posible, aunque improbable, consiste en que la encabece un juez independiente o un sindicalista de prestigio como Nicolás Redondo Terreros con el compromiso de convocar elecciones generales en el plazo mínimo que señala la ley.

No parece posible que ERC o Bildu, embadurnados por las prebendas sanchistas, apuesten por llevar adelante una moción de censura contra Pedro Sánchez. No es probable pero sí posible que Pablo Iglesias y Carlos Puigdemont estén dispuestos a respaldar una moción de censura con un candidato independiente a la presidencia del Gobierno que convoque de forma inmediata elecciones generales. Esas elecciones pueden favorecer tanto a Junts como a Podemos y son muchos los desdenes e incumplimientos del PSOE sanchista tanto con el partido catalán como con la agrupación que fundó Pablo Iglesias.

Se ha generalizado el criterio, incluso entre sectores relevantes del Partido Popular, de que Alberto Núñez Feijóo, en efecto, se equivocó al proponer una moción de censura con él como presidente. Los agradaores que rodean al líder del PP deberían poner los pies sobre la realidad y cobrar conciencia de la posición de Pablo Iglesias y Carlos Puigdemont.

Una moción de censura encabezada por un independiente, sea juez o sindicalista, con el compromiso de inmediatas elecciones generales podría contar con el apoyo del Partido Popular, de Vox, de UPN, de CC, de Junts y de Podemos. Y después que el pueblo español decida en elecciones generales libres.

Luis María Anson,de la Real Academia Española