Al portador

La moto de Sánchez y la bicicleta de la gente

«La economía, es cierto, va mejor de lo esperado, pero gracias a que está dopada con fondos europeos y subvenciones»

Ludwig von Mises (1881-1973), uno de los referentes liberales del siglo XX y renovador de la Escuela Austríaca, simplificaba su crítica al método matemático y la recogida de datos para estudiar la economía, con un par de frases: «Cualquier ama de casa sabe más de las variaciones de los precios que afectan a su hogar que los informes estadísticos (...) Ella no es menos científica ni más arbitraria que los rebuscados matemáticos que usan sus métodos para manipular los datos». Pedro Sánchez, al que Iván Redondo explicó que, salvo en 2011, la economía influía poco en las elecciones, presume de que «la economía española va como una moto». Es el penúltimo clavo ardiente al que se agarra en vísperas del 23-J. No le falta algo de razón, pero tampoco la tiene toda. Ayer celebró por todo lo alto el aldabonazo que le ofreció la OCDE, que prevé más crecimiento, menos inflación y menos déficit y que el PIB español sea el que más crezca de los grandes países del euro. Lógico y legítimo. Todos los políticos aprovechan los datos que más les favorecen y ocultan o pasan de puntillas por los demás. Por ejemplo, España es el último país de la Unión Europea –está a punto de conseguirlo– en recuperar la riqueza de antes de la pandemia. También que la OCDE explica que los éxitos españoles se deben al manguerazo de fondos europeos; es decir, hay dopaje –legal, autorizado y fomentado– económico, pero dopaje al fin y al cabo. La «vice» Calviño presume de obtener otros 90.000 millones de euros europeos, pero no de que aumentarán la deuda pública en otros 80.000 millones, que habrá que sumar a los actuales 1,5 billones, con «b» de barbaridad. El equipo de Sánchez tampoco airea, porque las subvenciones y el dopaje no se pueden perpetuar, que prevé subidas del precio de la gasolina, el diésel y carburantes de aviones, barcos y para labores agrícolas. La economía, es cierto, va mejor de lo esperado y hay menos parados, aunque también se trabajan menos horas y eso significa menos salarios. Lo que para Sánchez es ir como una moto, para muchos es obligación de pedalear con esfuerzo en bicicleta. Y él déficit, el PIB y la deuda, para bien o para mal, no mueven demasiados votos, que en el fondo es lo que subyace en el ejemplo del ama de casa y los precios de Mises.