El trípode
«Pedro y Yolanda», con «Gabriel, Arnaldo y Aitor»
Estas elecciones de «facto» se han convertido en una elección entre dos bloques, que el debate de la cadena oficial de televisión quiso reflejar en el frustrado entre Sánchez y Yolanda por un lado, y Feijoo y Abascal, por el otro.
La ley reserva este día para «reflexionar» el voto tras la vorágine que suele acompañar a toda campaña electoral: sosiego para depositarlo mañana en la urna con la adecuada convicción. En esta jornada, los partidos y candidatos no pueden realizar actos y declaraciones susceptibles de ser interpretados como «electorales», pero es difícil ponerle «puertas al campo de la creatividad» e imaginación de ellos y de sus legiones de asesores, presuntos expertos en el marketing sobre la materia. Estas elecciones de «facto» se han convertido en una elección entre dos bloques, que el debate de la cadena oficial de televisión quiso reflejar en el frustrado entre Sánchez y Yolanda por un lado, y Feijoo y Abascal, por el otro.
Tenía trampa obviamente, porque a los dos primeros del bloque «progresista» les faltaba cuando menos la compañía de Gabriel Rufián, Arnaldo Otegi y Aitor Esteban, indispensables para conformar una mayoría gubernamental que sí que pueden lograr, en su caso, el PP y Vox por sí solos, lo que motivó la ausencia del candidato popular para no prestarse a ese tramposo juego. Así, la perfecta unidad de voluntades políticas entre «Pedro y Yolanda» resultó tan evidente como la asimetría de la alternativa. Sin duda, un debate con «Pedro y Yolanda» acompañados de «Arnaldo, Gabriel y Aitor» no hubiera sido tan plácido para ellos ni tan tedioso para los espectadores electores. Dada la experiencia de repeticiones electorales que acompaña al candidato Sanchez, sería deseable que en esta ocasión se quiebre su constante voluntad de bloqueo y que no sean los españoles llamados otra vez a las urnas para desbloquear al bloqueador habitual. Además de contribuir a reducir el gasto público con tantas elecciones, el bien común sería el ganador. España tiene demasiados retos por delante como para estar instalada en una permanente situación de inestabilidad, además de la división entre sus conciudadanos, provocada por la política de enfrentarles por clases, creencias y territorios, a los que se añaden ahora los incontables nuevos géneros que se añaden a los dos que la naturaleza otorga a la especie animal en general y a la humana en particular. La querencia de Pedro por «su» televisión quedó ayer puesta en evidencia una vez más, al plantar a Susana Griso ante su Espejo Público, para ir a la «suya», y plantear los dos bloques por los que los españoles deben optar: el suyo de «progreso» o el del blanco y negro de la «mentira». La verdad es que oír a Sánchez calificar de «mentiroso» a su principal contrincante, no deja de resultar atrevido y original. «Alea jacta est» y sosegada reflexión.
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