Sin Perdón

Pere Sánchez, l’amic de Puigdemont

«Hay que agradecer, dicho irónicamente, que sea un presidente de origen madrileño el que asuma las exigencias de Puigdemont»

A diferencia de Sánchez soy catalán. Esto no me otorga ninguna condición especial. No debería ser más que una realidad de la que me siento muy orgulloso. El problema es que al ritmo que van sus concesiones a Puigdemont y Junqueras me temo que acabaré formando parte de un grupo de españoles privilegiados que deciden el futuro de España a espaldas de lo que quiera el resto. La situación se reduce a la capacidad de chantaje que tenga esa escuálida minoría para garantizar que siga en La Moncloa. Me recuerda al PSC, que impone su voluntad y maneja al PSOE. Le dan ministerios poco importantes, pero lo fundamental es que tiene la capacidad de decisión. Es una consecuencia inesperada de su independencia organizativa. La estrategia diseñada para excluir al centro derecha pasa por esta traslación al Congreso del pacto del Tinell que se aplicó en Cataluña cuando Zapatero era secretario general del PSOE. El esquema ahora es similar. En primer lugar, se estigmatiza al primer partido de España y los pactos se realizan con las formaciones independentistas y de la izquierda radical.

El siguiente paso es que no se puede pactar con el PP, porque existe Vox, que es la excusa que utiliza el poderoso aparato mediático controlado y dirigido por La Moncloa. En cambio, Sánchez es progre y puede aliarse con los independentistas para aprobar el alivio penal o contar con el apoyo de esos demócratas ejemplares que son Otegi y sus amigos del antiguo aparato político y militar de ETA. El disparate se culmina con la arbitraria decisión de la pancatalanista Francina Armengol de imponer el uso del catalán, el gallego y el vasco en el Congreso. Como catalán no necesito esta fantochada para defender un idioma del que me siento muy orgulloso. La razón es que no soy independentista. A diferencia de algunos recién llegados, mis padres hablaban catalán durante la dictadura. Heredé sus libros en catalán que se unen a los que he ido comprando desde que era joven. Hay que agradecer, dicho irónicamente, que sea un presidente de origen madrileño el que asuma las exigencias de Puigdemont.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)