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A pesar del...

Perlas de Warren y Nadia

Puesto a no reconocer culpas, Warren habló en el Congreso de «décadas de fracaso» del liberalismo y el mercado. Los datos que prueban abrumadoramente lo contrario no le importan

Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, y Nadia Numeriño, Miss Objetividad Estadística, tendrán defectos, pero hay que reconocer que entretienen al personal y dejan brillantes perlas.

En la última entrevista en «El País», interrogado por los estudios que subrayan la pobreza y la exclusión en España, y que contrastan con sus proclamas económicas triunfalistas, recurrió al clásico: «Esos informes lo que indican es la crudeza de la desigualdad en nuestro país y lo mucho que queda por hacer». Como es obviamente un camelo, se apresuró a añadir sus habituales y cansinos latiguillos: la dificultad nunca estriba en el socialismo sino en la malvada oposición, porque baja impuestos, y eso solo representa «regalos fiscales para las élites»; y si los jóvenes rechazan a los progres es por culpa de «unas redes sociales que hoy no propagan la verdad, sino bulos», y de «una internacional ultraderechista bien articulada». Pereza de tío, señora.

Puesto a no reconocer culpas, Warren habló en el Congreso de «décadas de fracaso» del liberalismo y el mercado. Los datos que prueban abrumadoramente lo contrario no le importan.

Y hablando de datos, Nadia Numeriño, presidenta del Banco Europeo de Enchufes, dice en su libro de autobombo que cuando era ministra intervino para corregir los errores cometidos por el INE en su cálculo del PIB.

El dato no es fiable, como denunció Carlos Segovia en «El Mundo». Nadia Numeriño «intervino directa y personalmente en las presiones sobre el Instituto Nacional de Estadística (INE) para que elevara sus cifras de crecimiento económico. Y lo hizo más allá de lo que ella desvela en su libro de memorias, según ha podido confirmar «El Mundo» de fuentes conocedoras de duras conversaciones de la época, no reveladas hasta ahora. El periódico editorializó sobre el asunto, llamándolo «intolerable asalto al INE», y encuadrándolo en la degradación debida a Warren: «una forma de entender el poder que, por desgracia, los gobiernos de Sánchez han extendido a todos los ámbitos institucionales».

Este es, efectivamente, el problema de fondo, lo que no quita para que los desvelos progresistas resulten entretenidos, como definió Lorenzo Bernaldo de Quirós a los de Nadia Numeriño en «Voz Pópuli»: «La ex vicepresidenta, en su rol de Gran Inquisidora Económica, nunca consideró los datos como un reflejo de la realidad, sino como variables maleables, susceptibles de optimización política y actuó en consecuencia».