Sin Perdón
El PNV y Junts caminan hacia la derrota
«A estas alturas sabemos que cada día que pasa beneficia a Salvador Illa y a Arnaldo Otegi»
A estas alturas es muy poco recomendable que alguien quiera unir su suerte al sanchismo. Es un error de manual, pero Carles Puigdemont y Aitor Esteban apoyan a Sánchez. La contradicción con lo que sucedió con la moción de censura contra Rajoy es evidente, ya que entonces se sumaron. Era una corrupción antigua que no afectaba al presidente y su Gobierno. No importaba, porque Sánchez y sus aliados querían alcanzar el poder a cualquier precio. A estas alturas resulta una cruel ironía que fuera Ábalos, que ha conseguido una notable popularidad eclipsando a Torrente, quien defendiera la moción de censura. En aquel momento ya existía una trama de corrupción que tenía como objetivo forrarse. A esto hay que añadir la afición del exministro y hombre fuerte del PSOE por las prostitutas. No hay duda de que no son un ejemplo de regeneración democrática, ética política y feminismo. La credibilidad de Sánchez, convertido en el zombi de La Moncloa, es inexistente y es imposible que la recupere. La mejor campaña del PP es poner un cartel con los corruptos y sus colaboradores.
El sanchismo actúa a la desesperada, porque se juega centenares de millones de euros. Las cloacas se están forrando, al igual que los medios de comunicación y los periodistas que defienden esta causa imposible. Los lobistas quieren seguir con sus pepiñazos. Los altos cargos de la Administración y los directivos del sector público empresarial, así como de las empresas participadas quieren disfrutar de sus sueldos. No se deberían angustiar, porque estoy convencido de que las empresas dedicadas al tráfico de influencias, las productoras de televisión controladas por el multimillonario Contreras y sus amigos y los medios de comunicación afectos al régimen se seguirán llenando los bolsillos cuando el PP llegue al Gobierno. Hasta pueden mantener el nombre de los programas y limitarse a cambiar al presentador. Nada que nos tenga que sorprender. Lo que es más difícil de entender es el empecinamiento de Puigdemont y Esteban. A estas alturas sabemos que cada día que pasa beneficia a Salvador Illa y a Arnaldo Otegi. El primero nunca volverá a ser presidente de la Generalitat, ya que los negociadores como Cerdán siempre le han engañado, mientras que el PNV retrocederá en beneficio de Bildu.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)