El trípode
Primera fumata negra y Sánchez comparece
Ayer, que comenzó el cónclave sucesorio en Roma, compareció en el Congreso, lo que no hacía desde el mes de marzo
Sánchez aprovechó el fallecimiento de Francisco, con la atención informativa puesta en ese luctuoso hecho, para aprovecharlo compareciendo esa misma mañana de luto oficial, para hablar de su «Plan de seguridad y defensa». Ayer, que comenzó el cónclave sucesorio en Roma, compareció en el Congreso, lo que no hacía desde el mes de marzo. Utilizar esas no «meras» coincidencias habla por sí solo, y es merecedor de un rotundo reproche ético y moral. Hasta uno de sus socios, el portavoz de ERC Gabriel Rufián, se lo echó en cara desde la tribuna. Y por si ello fuera poco (que obviamente no lo es), lo hizo para mezclar en una única comparecencia asuntos de tanta importancia como el «gran apagón», el rearme o el caos ferroviario, entre otros. Y ello con reproches cruzados entre él y la oposición, sus socios de gobierno y sus aliados parlamentarios, con la evidente conclusión de no aclarar nada; salvo reiterar que hasta dentro de seis meses no se sabrá nada de la causa del histórico apagón.
Ayer, y como era previsible por tratarse de la primera votación de los cardenales, –que suele ser de tanteo para conocer las tendencias que permitan alcanzar esos 2/3 de ellos y que son 89–, la primera fumata de la capilla Sixtina no fue blanca, sino negra. A partir de hoy, ya crece la probabilidad de que alguna de las fumatas de la mañana o de la tarde anuncie que la Iglesia ya tiene un nuevo sucesor de Pedro, que hará el número 267 de esa extensa lista de Vicarios de Jesucristo, tras el Apóstol. Desde el 14 de febrero, fecha en la que Francisco ingresó en el Policlínico Gemelli, han transcurrido casi tres meses en los que la atención mundial está centrada en Roma y más concretamente en el Estado de la Ciudad del Vaticano. A su funeral asistieron gran cantidad de dignatarios mundiales, desde Trump, no vestido para la ocasión, a Zelenski con su habitual uniformidad bélica, aunque sí ligeramente adaptada, y fue noticia mundial su insólita conversación en plena Basílica de San Pedro, que dispone de no pocas estancias discretas (y además adecuadas para la ocasión). Sánchez no asistió y envió a sus entusiastas vicepresidentas Montero y Yolanda, entre otros, para acompañar a los Reyes. Esperemos que su embajadora no promueva la elección de Sánchez imitando a Trump. Quizás han querido unos y otros convertir la elección de un Papa en una elección política, ignorando que la Iglesia no es un gobierno ni un partido político, sino el mismo «Cuerpo Místico de Jesucristo»: Él como su Cabeza, y 1.400 millones de fieles como sus miembros.