Al portador

Puigdemont frena la revolución de la IA

«España dedicará tiempo, esfuerzo y dinero a las cuitas “indepes” y descuidará avanzar en Inteligencia Artificial»

Miguel de Unamuno (1864-1936) dijo, por primera vez en mayo de 1906, en una carta a Ortega y Gasset (1883-1955), aquello de «¡Que inventen ellos!». Poco después se reafirmó, pero añadió «y nosotros nos aprovecharemos de sus inventos, porque la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como donde se inventó». Defendía que en España hay «un don literario y que todo aquí, incluso la filosofía, se convierte en literatura». Y precisaba que «en Suiza no pueden desarrollarse grandes marinos. Alemania, nos da a Kant, y nosotros les damos a Cervantes y ojalá que nuestra literatura llegue a ser tal que fecunde su ciencia y su metafísica». España, es cierto, no ha estado –salvo excepciones fugaces– en la vanguardia de la ciencia y la tecnología desde hace varios siglos. Tampoco en los últimos años. Llegó tarde a la revolución industrial y tardó en corregirlo y ahora afronta el riesgo de perder el primer tren de la última revolución, la de la Inteligencia Artificial, que volverá a cambiar el mundo. Lo denunció la semana pasada, en la Fundación Rafael del Pino, el polémico economista Jesús Fernández Villaverde, catedrático de la Universidad de Pennsylvania, que también ha escrito sobre el asunto con Tano Santos y Luis Garicano, el ex-eurodiputado de Ciudadanos, que ahora es uno de los que susurra a Alberto Núñez Feijóo. Eso no impide a Fernández Villaverde ironizar sobre el escaso bagaje económico del jefe del PP y tratar de ridiculizar a Juan Bravo, responsable económico de los populares. Todo cuando, Carles Puigdemont, parece que sube el órdago a Sánchez con nuevas amenazas si el inquilino de La Moncloa no cumple sus promesas y, sobre todo, si la amnistía no le llega ya al huido a Waterloo. Nadie cree, sin embargo, que el líder de Junts rompa la baraja porque nunca tendrá un Gobierno más dependiente. Le hará la vida imposible, porque además a él lo que le ocurra a España le importa un bledo, pero no puede hacerlo caer. Y además tendrá a todos pendientes de él y por eso Fernández Villaverde se escandaliza porque España va a perder el tiempo en discutir sobre el concierto catalán en lugar de dedicar esfuerzo y dinero a intentar estar en la vanguardia de la revolución de la Inteligencia Artificial. «¡Que inventen ellos!», actualidad de Unamuno.